La preocupación por conocer los niveles de contaminación acústica submarina en decibeles ha ido en aumento en los últimos años, y el Dr. Alfio Yori, del Instituto de Acústica de la Universidad Austral de Chile (UACh), ha continuado su investigación en esta línea, realizando medición, evaluación y registro del ruido submarino antropogénico en nuestros océanos.
La contaminación acústica aérea y de origen antropogénico lleva décadas siendo evaluada a través de normas y decretos, con el propósito de regular las emisiones de ruido producidas por el ser humano, tanto en ambientes comunitarios como laborales. Todo esto, con el fin de proteger específicamente la salud laboral y bienestar de las personas, sin embargo, el impacto del ruido en la fauna marina no había sido considerado.
Hace más de un año, el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) conformó una mesa técnica de trabajo dirigida a abordar el problema de la contaminación acústica subacuática en Chile y la protección de la fauna marina. De esta forma, los proyectos que ingresen al Sistema de Evaluación Ambiental (SEA) y que potencialmente puedan producir un impacto acústico en el medioambiente submarino, deberán demostrar la existencia o no de estos impactos y entregar las medidas de mitigación contempladas en sus proyectos, de ser necesarias.
“Esta iniciativa del MMA ya está generando frutos, ya que algunas consultoras ligadas a nuevos proyectos ingresados al SEA están considerando la contaminación acústica submarina y evaluando los futuros impactos de ésta sobre el entorno marino”, señala el Dr. Yori.
Diversas consultoras han solicitado al académico de de Acústica UACh la realización de líneas de base de ruido submarino de proyectos que están siendo presentados al SEA. “El estudio de línea de base consiste en medir el nivel de ruido ambiente que existe en un lugar antes de implementar un proyecto nuevo. También, en caso de que existan fuentes de ruido previas al proyecto, caracterizarlas acústicamente. Estos datos son necesarios para determinar el área de influencia que tendrá el proyecto, en cuanto a el ruido submarino y su impacto sobre la fauna marina”, señala el académico.
Estas líneas de base se han realizado en la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena en puntos ubicados a varias horas de navegación desde Punta Arenas y Puerto Natales. “Lo importante aquí es que proyectos que no consideraban la contaminación por ruido bajo el agua lo estén haciendo, y estén identificando como receptores a proteger a la fauna del sector, sujetos de conservación tales como delfines, ballenas, pingüinos, entre otras especies”, agrega Alfio Yori.