En un esfuerzo por tender puentes entre el pensamiento crítico y la vivencia espiritual, el pasado martes 2 de septiembre de 2025 se aplicó de forma inédita la Matriz de Necesidades Humanas y Satisfactores propuesta por Manfred Max-Neef en la Iglesia Asamblea de Dios Ichthus de Valdivia. La actividad, realizada en el marco del trabajo de titulación del Magíster en Desarrollo a Escala Humana y Economía Ecológica de la estudiante Catherine Seguel, en la asignatura “Taller de Experiencias en Desarrollo a Escala Humana” del mismo programa, marca un hito al ser la primera vez que esta metodología se implementa en una comunidad evangélica de la Asamblea de Dios en Chile, específicamente con el Ministerio Femenino de la congregación.
El estudio representa un hito significativo, ya que constituye el primer trabajo de análisis, tanto grupal como individual, realizado con esta congregación, específicamente con el Ministerio Femenino y las mujeres que forman parte activa de la comunidad. La investigación tiene como propósito explorar, desde una perspectiva cualitativa y participativa, cómo son comprendidas las necesidades humanas fundamentales por las integrantes del grupo, así como los distintos satisfactores que buscan para dar respuesta a dichas necesidades.
Este enfoque permite obtener información valiosa que puede ser analizada desde diversas dimensiones, generando insumos relevantes para el trabajo presente y futuro. Uno de los objetivos centrales es identificar cuál ha sido el rol de la mujer dentro de la Iglesia y cómo éste ha evolucionado a lo largo del tiempo. Al responder esta interrogante, también se espera visibilizar aquellas tensiones, creencias o estructuras internas que aún persisten dentro de la congregación y que, en algunos casos, podrían estar limitando su desarrollo y el libre fluir de las dinámicas en comunión.
La Iglesia Asamblea de Dios en Valdivia tiene una trayectoria significativa: fue fundada en el año 1953 por los misioneros estadounidenses Emilio y Rosa Schneider, quienes iniciaron este camino de fe y comunidad que ha perdurado hasta nuestros días. Este contexto histórico y espiritual otorga una profundidad particular al análisis, ya que permite considerar no solo los aspectos individuales, sino también las dinámicas colectivas que se han construido a lo largo de más de siete décadas.
Es importante destacar que el trabajo realizado hasta ahora ha brindado un espacio único y significativo para que las hermanas de la congregación se sientan libres de expresarse, sin sentirse restringidas en sus emociones ni obligadas a cumplir ciertos límites, como ha ocurrido en otras actividades previas. Cabe señalar, además, que esta ha sido la primera actividad llevada a cabo en colaboración con una institución externa y no cristiana. Hasta el momento, todas las experiencias anteriores se habían desarrollado exclusivamente con entidades cristianas, lo que limitaba la posibilidad de explorar ideas o pensamientos más allá de las creencias espirituales de la congregación.
Esta apertura ha sido de gran utilidad, ya que nos ha permitido visibilizar problemáticas que muchas integrantes habían mantenido en secreto. Es relevante también mencionar que en el grupo de trabajo participaron hermanas que estuvieron presentes desde la formación de la iglesia, lo que otorga un valor adicional al proceso. Finalmente, es importante subrayar que esta metodología aún no se ha aplicado en ninguna iglesia evangélica perteneciente a las ramas de la Asamblea de Dios, por lo tanto, se trata de un trabajo pionero en un terreno poco explorado, lo cual abre nuevas posibilidades para indagar en múltiples aspectos, tanto en lo ya realizado como en futuras intervenciones.
La estudiante del Magíster, Catherine Seguel destacó “la excelente disposición y coordinación que han demostrado las hermanas de la congregación en su trabajo conjunto con los facilitadores y demás encargados del proyecto. Esta actitud colaborativa ha sido clave para el desarrollo eficiente de cada una de las etapas planificadas, permitiendo que el proceso avance de manera fluida y dentro de los plazos establecidos. La apertura al diálogo, la participación activa y el compromiso mostrado han contribuido significativamente a la calidad del trabajo realizado hasta el momento”.
Asimismo, dijo que “es importante reconocer el compañerismo, la empatía de los compañeros del magíster, así como el constante apoyo que brindaron el director del programa, profesor Jean Pierre Doussoulin, y el profesor Patricio Belloy. Su disposición para colaborar, orientar y acompañar el proceso ha sido un elemento enriquecedor que ha fortalecido no solo el desarrollo técnico del proyecto, sino también el aspecto humano de esta experiencia. Esta sinergia entre los distintos actores involucrados ha permitido generar un ambiente de confianza y respeto mutuo, favoreciendo el logro de los objetivos propuestos y sentando las bases para futuras instancias de colaboración interdisciplinaria”.
Cabe mencionar que esta experiencia da cuenta del carácter interdisciplinario y del enfoque participativo que promueve el Magíster en Desarrollo a Escala Humana y Economía Ecológica de FACEA UACh. A lo largo de los años, el programa ha aplicado la matriz de necesidades y satisfactores en diversas organizaciones y territorios, y en esta ocasión marca un hito al implementarla por primera vez en una comunidad cristiana, lo cual enriquece el campo de aplicación de la metodología, y refleja contribución del programa hacia las personas y sus realidades concretas.