Estudiar los árboles permite responder interrogantes acerca de cómo ha variado el clima de un territorio en el pasado, pues sus anillos de crecimiento evidencian, por ejemplo, si un año ha sido muy seco o muy lluvioso.
*Leer artículo en El Desconcierto.
En el caso de los Andes tropicales, un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications Earth & Environment reconstruyó las lluvias ocurridas en esta zona desde el año 1700 hasta la actualidad. El estudio fue realizado por especialistas de Chile, Argentina, España, Francia y Estados Unidos.
Duncan Christie, académico del Instituto de Conservación, Biodiversidad y Territorio de la Universidad Austral de Chile, y uno de los autores del estudio, señaló que la investigación se enfocó en el trópico sudamericano, una región donde este tipo de trabajos son escasos, lo que permitió llenar un vacío de información respecto a su clima del pasado.
“El clima tropical es como un motor del clima global. Lo que allí sucede influye en la circulación del clima global, por lo que es una zona clave. Por otro lado, los Andes actúan como verdaderas torres de agua para Sudamérica, siendo su hidroclima regional clave no solo para la disponibilidad de agua local, sino que también para todas las tierras bajas circundantes”, explicó Christie, quien también es investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2.
Archivos naturales
Para llevar a cabo esta investigación, se analizaron los anillos de crecimiento de las queñoas (Polylepis tarapacana) del altiplano boliviano. Además, se determinó el contenido de átomos de oxígeno dentro de los individuos de la especie estudiada.
“Esta técnica de determinar el contenido atómico de oxígeno en los anillos de los árboles nos permitió descubrir que estos archivos naturales que representa los árboles son capaces de conversar con otros archivos naturales como los corales del océano Pacífico y los testigos de hielos de los Andes tropicales, para los cuales ya se contaba registros de contenido de átomos de oxígeno en su estructura”, explicó Christie.
Por otra parte, Milagros Rodríguez, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) y una de las autoras del estudio, destacó la importancia que puede tener este tipo de investigación para enfrentar la crisis climática actual.
“Las reconstrucciones climáticas basadas en archivos naturales son sumamente útiles para obtener información en períodos de tiempo o sitios geográficos sin registros instrumentales. Gracias a los registros naturales de diferentes partes de la tierra, sabemos que las condiciones climáticas actuales no tienen precedentes en los últimos milenios. De esta manera, los registros naturales, junto a otras fuentes de información, han permitido determinar que la crisis climática actual está estrechamente relacionada a las actividades humanas”, explicó Rodríguez.
Los investigadores descubrieron una estrecha relación entre las series de isótopos de oxígeno de los anillos de árboles, los corales y testigos de hielo. Esta similitud esta mediada por el comportamiento del clima tropical a gran escala y por la evolución del fenómeno de El Niño.
“Tenemos un pluviómetro natural, y el mensaje que entregan indicadores tan distintos como un coral del Pacífico y árboles y testigos de hielo de los Andes son sorprendentemente similares, indicando una conexión acoplada entre lo que sucede en el mar y los Andes en la región tropical”, detalló Duncan Christie.
Además, el académico explicó las diferencias que afectan a los elementos estudiados. “En los árboles influye si cuentan o no con agua para crecer anualmente, para los corales es clave la temperatura del mar, y para los testigos de hielo es preponderante la cantidad de nieve que recibe el glaciar y su derretimiento anual. Todo esto está modulado por cómo funciona el clima tropical y el fenómeno de El Niño”.
Utilizar estos diferentes “sensores naturales” permite evaluar los actuales cambios en clima dentro de un contexto de varios siglos, “Es como contar con una red de antenas parabólicas monitoreando el clima del pasado desde los Andes y el mar”, afirmó el docente de la UACh.
Actualmente, los investigadores continúan desarrollando registros de distintos archivos naturales en Sudamérica para combinarlos y así lograr resultados más fidedignos acerca de la magnitud de los cambios en el clima durante las últimas décadas, en el contexto del último milenio.