El rol de las universidades regionales no solo enfatiza en la generación de conocimiento y en la formación de nuevos profesionales calificados para el desempeño en sociedades locales, tantas veces postergadas por el modernismo, la tecnología y la cuestión política metropolitana. También es una obligación consustancial a su existencia el divulgar ilustración, cultura y conocimiento cercano, de orden práctico, a su entorno social.
Estas entidades públicas crecen respondiendo a un compromiso permanente de interacción sustantiva con sus gentes, como es el caso de la Universidad Austral de Chile, mediante asistencia técnica, irradiación cultural, orientación en salud, en educación y otros ámbitos. Al mismo tiempo, no descuida en aportar a la sociedad global asesoría científica en complejos problemas estructurales como el uso del agua, los bosques, la energía, la flora y fauna, como de otros servicios y recursos fundamentales de conocer y comprender.
En esta línea podría enumerarse cientos de proyectos de carácter nacional e internacional que la UACh desarrolla en función de una «competitividad» científica impuesta por el régimen de educación superior, para acreditar su calidad institucional. Pero a veces cobra tanto valor como aquello el responder al llamado sencillo de pequeñas comunidades que no encuentran respuesta en organismos públicos o privados, justamente por ser pequeñas, casi invisibles.
Es el caso de un centenar de familias modestas de Puerto Fuy, en Panguipulli, cuyas 124 viviendas no están regularizadas y no pueden acceder por tanto a beneficios del sistema público, para ayudarse en mejorar su trabajo turístico y la industria artesanal que las sostiene. Su Junta de Vecinos, después de un largo peregrinar, ha encontrado respuesta en la Escuela de Construcción de la Facultad de Ingeniería que, en base a un acuerdo de esfuerzo técnico y logístico compartido, procederán a encontrar la mejor solución en primavera.
Aquí los estudiantes del Campus Miraflores han sido los primeros en expresar su disposición, no sólo para ayudar en el trabajo técnico con trabajos voluntarios, sino también para compartir experiencias y aprender de su gente, nuestra gente, la que a su vez enseñará a los jóvenes cómo se vive en ese Chile regional profundo que busca una oportunidad de una vida mejor.
LEER COLUMNA EN EL DIARIO AUSTRAL REGIÓN DE LOS RÍOS