<p><em>* Investigadores de Estados Unidos y México expusieron estudios y reflexionaron sobre la implementación de regulaciones para el manejo y uso de los bosques en sus países.</em></p><p><br />Aunque suene difícil de creer, México, Estado Unidos y Chile enfrentan desafíos similares en lo referido a políticas públicas para el uso y conservación de sus bosques naturales. Así se desprende al menos de la perspectiva planteada por los investigadores Dr. Mario González Espinosa del Centro ECOSUR de Chiapas, México; y el Dr. Jason Sibold, University of Nevada, Reno, Estados Unidos, quienes participaron el miércoles 11 de abril, en la <strong>mesa redonda Bosques del Norte: Cómo México y Estados Unidos Enfrentan Las Amenazas A Sus Ecosistemas Forestales</strong>, organizada por el Núcleo Milenio Forecos de la Universidad Austral de Chile (UACh). </p><p>Ambos expositores forman parte de redes de colaboración científica con la UACh, en temas de cambio climático, conservación, restauración y ecología de bosques. </p><p>El Dr. Mario Gonzáles de México centró su ponencia en describir la investigación que realiza en torno a los valores de biodiversidad de especies leñosas de Chiapas, indicando su distribución, rol ambiental y cultural. Explicó los desafíos que significa trabajar en lugares con una situación política tan dinámica como la selva Lacadona, famosa mundialmente por el levantamiento indígena de mediados de los 90. </p><p>El investigador destacó el efecto sobre la ecología de los bosques producto de los procesos políticos que tienen una larga historia en el Estado de Chiapas, indicando que "sigue siendo un gran desafío el integrar a las comunidades indígenas al manejo de los bosques, aceptando métodos ancestrales de uso de la tierra, pues sin ellos no hay iniciativas de restauración posible". </p><p>González puso el acento en el fenómeno que denominó "pinarización" de Chiapas, pues se ha notado "un cambio importante de los bosques hacia una dominación del pino, que en esta zona es natural, pero que sin embargo tiene efectos sobre la productividad agrícola del suelo, lo que en definitiva impacta negativamente a las comunidades indígenas que ven mermadas sus posibilidades de cultivo y abastecimiento", recalcó.</p><p>Por su parte, el Dr. Jason Sibold mostró un panorama general de las motivaciones y posibles consecuencias de la implementación de la iniciativa ‘bosques saludables' en el Oeste de Estados Unidos, llevada a cabo por el Gobierno de su país. En una interesante propuesta, el joven investigador se preguntó ¿es George Bush un ecólogo?, al analizar los principios sobre los cuales se sustenta esta propuesta. "Una parte importante de la comunidad científica que estudia nuestros bosques está preocupada por esta política de supresión de incendios forestales, puesto que en los Estados Unidos existe una importante diversidad de ecosistemas forestales, con distintas dinámicas de incendio e historia natural, que al final se verán afectados por regulaciones homogéneas para todo el territorio", sostuvo.</p><p>El investigador mostró cómo una política nacional de manejo del fuego, con criterios estandarizados "provocará una homogenización del los bosques y del paisaje, lo que sería un problema de muy difícil solución en un futuro cercano", enfatizó. Sibold hizo a la vez, un llamado a reflexionar en torno a la participación de los científicos en la generación de regulaciones ambientales. "Muchas veces los asesores de las autoridades no son especialistas en temas ambientales o de ecología, pero esto no debe ser una excusa para no involucrarnos como científicos en la discusión de temas de interés social relevantes", concluyó.</p><p>Finalmente, el moderador de la mesa, Dr. Mauro González de FORECOS-UACh, destacó la diversidad de perspectivas y el valor de conocer experiencias de las que podemos sacar lecciones. </p><p>"La experiencia con comunidades Mayas, en la selva de la Candona releva el valor del trabajo científico hecho por los colegas del centro ECOSUR", expresó. Así mismo dijo que es muy interesante conocer cómo las instituciones en Estados Unidos han respondido a dinámicas de incendio que han ido cambiando, pero que sin embargo no han resuelto el problema ni han disminuido las amenazas. "El rol del fuego es mucho más preponderante en los ecosistemas del norte -dijo- y esto es importante para nosotros ya que podemos aprender a manejar a escalas temporales y de intensidad que podrían replicarse en nuestros bosques, considerando el escenario de variabilidad climática en el vivimos", subrayó. </p>