Karla, que escribe desde los 12 años, se planteó su primer libro a los 17 años mientras era usuaria del CRPS, perteneciente a la Red Salud UACh, de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile, del cual egresó hace un tiempo. Y cuyo proceso fue guiado y apoyado por la docente Marcela Apablaza y estudiantes en práctica de Terapia Ocupacional a través de un taller literario.
“Para mí fue súper buena la experiencia en el CRPS porque me ayudó a desarrollarme como persona, a fortalecer lazos con otras personas. También pude fortalecer lazos con la escritura en el taller literario y seguir el proceso del libro Bandeja de Oro, que es un testimonial de cómo se vive con la esquizofrenia, el TOC y la orientación sexual de una persona dentro de la sociedad. De eso se trata este libro, más o menos. Ellas me ayudaron a pasarlo a computador, porque esto estaba en un cuaderno, todo a mano, con mi letra y un poco de desorden”, cuenta Karla.
Y agrega: “Luego de lograr ordenar el libro después yo continué solita con la editorial Grupo Igneo de Perú. Estaba buscando una editorial económica y también que sea de calidad. Y en ese momento yo no tenía los recursos, pero gracias a un amigo pude hacer este sueño realidad, él se llama Juan, él me ayudó. Vimos que una persona había publicado un libro de cosas como paranormal y todo esto. Entonces yo dije, bueno, si tiene estos temas, puede ser que por la misma temática la editorial se enganche de mi libro.”
Escritura
Respecto de la creación de ambas obras, Karla comenta que todo partió a los 17 años con la escritura de Electra v/s Random, obra de ficción que muestra a un Dios malo que está aburrido y que por eso creó a las personas. Luego vino Bandeja de Oro, un texto testimonial del día a día que habla de la fe. Y relata: “No se trata de la fe de una manera religiosa, sino como de hacerle ver a las personas que hay una esperanza más allá de la religión. Porque la religión encierra una clase de legalismo y normas que no dejan entrar a las personas. Hay personas LGBT, personas trans, personas lesbianas, personas homosexuales, de todo tipo y ellos no encuentran cabida en la iglesia. Yo empecé a experimentar ese rechazo, porque yo estuve en las iglesias pentecostales. Entonces, un día le dije a Dios, en mi habitación, yo necesito que me des una familia espiritual. Ellos son amigos ahora que me ayudaron a descubrir mi fe y a publicar mis libros.”
Diagnóstico
Respecto de su diagnóstico como paciente, Karla, resalta que: “Yo no tengo esquizofrenia normal, sino de otro tipo. Yo el año 2014 ingresé al área psiquiátrica por un brote psicótico. Era como delirio de persecución, yo pensaba que las noticias hablaban de mí, cosas extrañas. Me internaron por una razón específica, que no la puedo contar. Cuando salí del hospital, al mes, me dio una cosa que da por medicamentos, que se llama acatisia. No me dejaba mantenerme tranquila, ni dormir. Estuve como tres semanas aproximadamente con eso. Me llevaban a la guardia para que me dieran un tranquilizante y me pudieran ayudar, y realmente no me ayudaban, pero ahí empezó como el proceso de hospitalización que estuve el año 2014 hasta el 2015, tres meses hospitalizada. Igual fue difícil, pero cuando salí descubrí que yo no tenía esquizofrenia. Porque durante el año, tres meses, que estuve en psiquiatría, no presentaba alucinaciones auditivas, y tampoco visuales. Entonces me dijeron, que tenia una esquizo afectivo.”
Asimismo, explica: “ Por la mala praxis y mala conducta de los psiquiatras en su ética, como no sabían cómo llamarle, aparecí con TOC. Yo investigué, pero ellos tenían la razón siempre, que era un cuadro de esquizofrenia. Me diagnosticaron esquizofrenia, pero yo nunca escucho cosas desde afuera. Sino que lo mío es un trastorno obsesivo convulsivo, de ideas intrusivas, pensamientos desorganizados, un poco de desestabilidad de repente, de enfrentarme a ciertas cosas, ansiedad y cosas así. Hoy en día puedo decir que se aprende a convivir con esto, igual es difícil, sí, es muy difícil, pero no limita mi capacidad de creatividad.”
En este sentido, recalca: “Yo sigo escribiendo, tratando de hacer canciones también, tengo un canal en YouTube que se llama Camino de Pinta. Y ahí subo canciones y me entretengo en eso más que nada, lo mío es como eso la creatividad, estar siempre escribiendo. Para mí el arte es una parte de la persona, es una parte que queda plasmada en el papel, del inconsciente o consciente, o de una parte imaginativa de la persona. Y es propio como del alma, eso siento yo. Por mi enfermedad no sé, quizás no soy muy conocedora de grandes escritores ni nada de eso, pero yo considero que el escribir y las personas que leen obtienen resultados positivos en su vida. Por mi enfermedad me cuesta leer, pero sí escribo harto en base a lo que veo, lo que escucho, lo que siento y todo eso.”
Como nuevo proyecto, Karla se ha planteado aprender a cantar, para desarrollar en base a su escritura un proyecto musical. En paralelo se encuentra escribiendo otro libro, en un proceso que se ha tomado con calma y que ella estima será más largo que los anteriores.
Puedes encontrar los libros a través de Grupo Igneo o en AMAZON: Bandeja de Oro y Electra v/s Random