* Vea galería de imágenes aquí.
Horacio Durán y José Seves, dos Inti Illimani históricos, vivieron el exilio en dictadura durante 15 años en Italia, país conocido por su gastronomía, en especial las pastas que pudieron olerse y saborearse en el escenario. Precisamente la memoria de aquella época es la que aparece retratada en la obra teatral «La libertad del silencio», en la cual ambos músicos también cuentan sus inicios como grupo, que tuvo como punto de partida la Peña de la UTE en Valdivia, donde José tocaba y estudiaba Ingeniería Naval, en una época marcada por movimientos sociales en Chile y en el mundo, como por ejemplo en Francia el famoso “Mayo del 68”, año en que él llegó en un tren desde Santiago a la ciudad del Calle Calle.
“Venir a Valdivia tiene una connotación bien especial para mí. Tanto así que siento que me atrae y me tira cada vez más. En la medida que he estado viniendo me he llevado una muy grata sorpresa de la actividad que hay acá, todo lo que está pasando. Aunque distinto, tiene esa viveza que sentí en el año 68 cuando llegué”, comentó José Seves al término de la presentación de la obra ante un público integrado por más de 400 estudiantes de tercero y cuarto medio de colegios públicos de Valdivia.
Aunque fue una propuesta diferente, que integró gastronomía, música y memoria; la función del martes 27 de septiembre a las 11.00 hrs. en el Aula Magna recibió una cálida acogida por parte de los jóvenes provenientes de instituciones con las cuales la Dirección de Vinculación con el Medio tiene convenio, como Liceo Comercial, Liceo Bicentenario, Escuela de Música Juan Sebastián Bach, Liceo Armando Robles, Liceo Industrial, además del Colegio Aliwen. El día anterior, en la misma sala pero a las 19.30 hrs., la comunidad general también valoró este trabajo, sobre todo quienes se emocionaron al rememorar historias similares de exilio.
Horacio Durán destacó que los estudiantes hayan reaccionado “con una aprobación extraordinaria. Así es que estamos más que contentos porque creo que uno de los objetivos que uno tiene es poder transmitirle esto no solo a los padres, los coetáneos, los que han vivido esta mismo historia, sino sobre todo dejar huellas en los jóvenes de 15, 16 y 17 años”.
Las emociones, reflexiones, conflictos y anécdotas –como la vez que tocaron en Mendoza y sintieron el peso del exilio al no poder cruzar la Cordillera de Los Andes- se fusionan en torno a lo que cocinan en el escenario: pasta con chancho en piedra, mezcla entre la cultura sibarita italiana y la preparación maulina. Horacio Durán mostró su fascinación por el charango y la profunda relación con la cultura gastronómica, al mismo tiempo que José Seves desplegó su imponente registro vocal, principalmente al cantar el tema «Caruso», compuesta por el cantautor italiano Lucio Dalla. También llamó la atención un rincón lleno de cartas que los músicos leyeron.
La idea era reivindicar el regreso, sin dejar de lado la alegría y sin perder el sentido del humor. “Me encanta la idea de abrir lenguajes dentro del teatro que pongan testimonios en escena que puedan acercar desde otro lugar a la memoria de la gente. Creo que estos dos grandes músicos hablan de su historia de una manera teatralizada y lúdica, por lo que la gente lo pasa muy bien”, explicó la directora de esta obra, Marcia Césped.
Sin lugar a dudas, para la Universidad Austral de Chile esta puesta en escena tiene un especial significado. La Coordinadora de Extensión Artístico-Cultura de la Dirección de Vinculación con el Medio UACh, Gloria Cifuentes, planteó que “éste es el diálogo efectivo con la comunidad, que prende y que nosotros debiéramos estar insistiendo en decir: ‘Este es un espacio que tienen para ustedes porque esto es bidireccional, vamos y venimos’. Hay saberes compartidos desde los que nosotros aprendemos. No estamos iluminando a nadie; estamos compartiendo las experiencias”.
Opinión de los estudiantes
Jorge Suazo (Liceo Bicentenario): “Interesante la historia que resurgió al combinar la música con lo que pasó anteriormente. Interesante recordar lo del pasado”.
Cecilia González (Colegio Juan Sebastián Bach): “Me pareció buena la obra, súper interesante la mezcla que hacen ellos en cuanto a la historia, por todo lo que tuvieron que pasar y casi todo ligado a la música”.
Amaru Azócar (Colegio Aliwen): “Combinar la música con una obra de teatro me parece fascinante. También me pareció interesante el hecho de que hayan cocinado aquí mismo y que finalmente se hayan terminado comiendo la comida. La historia de ellos es muy particular y llama bastante la atención”.
Candelaria Neira (Liceo Industrial): “La obra era buena porque contaban su historia, en la que pudimos enterarnos de cosas que uno no ve y que no sabía mucho. Me gusta la música, entonces es interesante saber un poco más sobre cómo comenzó todo”.