Así como una biblioteca mantiene libros con historia y conocimiento, un herbario resguarda una parte importante de la historia natural y la biodiversidad de flora, algunas amenazadas; otras incluso extintas. Uno de aquellos herbarios se encuentra en la Universidad Austral de Chile, conocido con las siglas VALD, un pequeño pero valioso espacio donde un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de esta casa de estudios se encuentra trabajando, ordenando, clasificando muestras y actualizando bases de datos.
Son 3250 las muestras que Juan Pablo Vicencio, estudiante de 5° año de Ingeniería en Conservación de Recursos Naturales, junto a Camila Figueroa, de la misma carrera, han clasificado en este herbario ubicado en el Pabellón de Geociencias y Geología, de la Facultad de Ciencias. Este lugar se encuentra a cargo, desde finales del año 2022, de la Prof. de la UACh Giselle Astorga, directora del herbario, quien ha contribuido significativamente a su desarrollo y mantenimiento.
“Comencé revisando todo lo que existía en el herbario. Había en ese momento 2400 muestras que revisé una por una, es decir, que la base de datos concordara con la muestra. Les puse también número y timbre. Además, todas las muestras estuvieron en cuarentena para eliminar posibles hongos”, explicó el estudiante, quien el año 2023 presentó en el Congreso de la Sociedad de Botánica el proceso de poner el herbario nuevamente en marcha y el esfuerzo por rescatar parte de la historia de este lugar, que se quemó en el incendio del año 2007, donde se perdieron la mayoría de las muestras.
Al comenzar este trabajo, que ya lleva alrededor de un año, tuvo el apoyo de la Prof. Astorga, y de otros estudiantes de la misma carrera que comparten su interés por el rescate del patrimonio natural. Así se incorporó Cristina Díaz, Camila Figueroa y Carlos Caipillán, cuya ayuda que ha sido fundamental para el herbario.
De esta forma han sumado esfuerzos y sus resultados se traducen en la clasificación de miles de muestras. La tarea también incluye actualizar los nombres científicos debido a que han sufrido muchos cambios.
Rescate y valiosas donaciones
“Nos dimos cuenta de que aún existían un par de muestras originales que se salvaron del incendio que sufrió el Edif. Pugín, ya que se encontraban en Argentina en forma de préstamo al momento del siniestro. Son antiguas, de los años 40, 50 y corresponden a las muestras más antiguas que tenemos”, señala Juan Pablo. Se trata de la chaura de las cascadas (Gaultheria nubigena), una especie rara, de la cual se sabe muy poco.
Juan Pablo Vivencio y Carlos Caipillán trajeron a la UACh una donación de 50 muestras realizada por el herbario de Concepción, la que incluye material de los años 60, 70 y 80, colectadas principalmente por el botánico Otto Zöellner. Entre las muestran donadas se incluyen también cinco ejemplares de Nothofagus leonii (Huala) que formaban parte del herbario original anterior al incendio, y que hoy vuelven a formar parte de la colección. Estas ya se encuentran en la base de datos y timbradas. Además, junto a Carlos Caipillán han sumado ya alrededor de 120 muestras donadas recolectadas por ellos mismos en las regiones de Valparaíso, Maule y Aysén.
Sin embargo, su donación más llamativa corresponde a un nuevo helecho descubierto en Chile, publicado en junio del año 2023. “En septiembre de ese mismo año, fuimos a lugar donde habitaba esta especie y la encontramos. Es un helecho llamado Adiantum viscosum, que está restringido y es endémico de dos quebradas ubicadas entre San Felipe y Putaendo. Yo soy de esa zona y conocía la quebrada donde se encontraba por lo que con Carlos fuimos a buscarlo y afortunadamente lo encontramos y pudimos traer una muestra como donación”, explica el estudiante.
Esta labor se encuentra también ligada al proyecto de tesis de pregrado de Juan Pablo Vicencio que está enfocado en flora y para la cual realiza un muestreo en la región del Maule. “Utilizaré el herbario para poder identificar las muestras que vaya trayendo de allá y parte del material que obtenga en el Maule quedará depositado acá como réplica”, añade.
Pero antes de Juan Pablo Vicencio hubo otros estudiantes ya titulados de Ingeniería en Conservación de Recursos Naturales que también aportaron y donaron a esta colección. Se trata de Diego Penneckamp que entre sus numerosas donaciones destaca el isotipo de Centaurodendron schilleri (una especie nueva descrita en Juan Fernández, publicada el año 2022, de la que Diego fue partícipe) y Alejandro Villarroel, quien entregó muestras de Berberidopsis granitica, nueva especie publicada el presente 2024, donde Villarroel participó tanto en su descubrimiento como en la descripción de la especie.
Colecta
De acuerdo con el estudiante, para colectar una planta se debe tener en cuenta algunos criterios. “Hay que tener ética, ya que si veo un solo ejemplar no lo puedo sacar. Si son pocas plantas, podría extraer una muestra siempre y cuando no se trate de una especie amenazada de extinción. Cuando hay abundancia de plantas ya se pueden extraer muestras, tomando precauciones de no producir daños. En el caso de plantas bulbosas se recomienda que vengan con el bulbo, de tal forma de poder realizar cortes longitudinales al bulbo para ver las capas interiores”, explica.
“Cuando se colecta ojalá el ejemplar tuviera flor, fruto o semillas, porque con la muestra lo que se busca es la mayor cantidad de rasgos taxonómicos que permiten llegar a la especie”, agrega, y recalca que un aspecto muy importante es que aquellas muestran cuenten con las coordenadas geográficas para saber exactamente de dónde provienen, y con la fecha para estar al tanto del momento en que se encontraba con flor, fruto o estaba verde. Asimismo, incluir observaciones del hábitat y condiciones en que crece el ejemplar es fundamental para comprender su ecología.
“Son datos relevantes que siempre deben estar en una ficha”, enfatiza.
“Ha sido harto trabajo hecho con cariño en el herbario, y me ha servido para profundizar en conocimientos de botánica, lo que me encanta”, comenta Vicencio, quien, junto a Carlos, han conocido herbarios en distintos lugares de Chile y han donado muestras a otros situados en Temuco, Concepción, Santiago y del Jardín Botánico de Viña del Mar. Aún queda mucho trabajo por hacer en el herbario y Juan Pablo y sus compañeros continuarán su aprendizaje en el apasionante mundo de la botánica.