Actualmente, una preocupación para las personas es la producción y abastecimiento de alimentos. En ese contexto, la hidroponía urbana surge como una opción ideal para el cultivo de alimentos en pequeña escala.
La hidroponía urbana es básicamente un cultivo sin suelo, es decir, es el arte de cultivar plantas (comestibles u ornamentales) sin la necesidad de uso de suelos, otorgándosele un 100% de los nutrientes para su desarrollo disueltos en el agua. De acuerdo a los tipos de hidroponía, se requerirán infraestructuras y superficies variables para el desarrollo de las plantas, las que se pueden implementar desde 1m2 en adelante.
El Dr. Rodrigo Acuña, académico del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal (IPSV) de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias de la Universidad Austral de Chile, señala que esta alternativa “cada vez cobrará mayor importancia, tomando en cuenta el contexto actual, donde la producción de alimentos en pequeña escala se ve como una posibilidad real para que la población pueda cultivar y consumir vegetales frescos y saludables en superficies como, por ejemplo, terrazas de departamentos”.
Por ejemplo, explica, para producir entre 12 y 18 lechugas no se requiere más que un metro cuadrado de espacio. Además, las semillas son bastante rendidoras: 6 gramos de semillas de lechugas (vendido en formato de sobre típico en el comercio especializado) pueden contener hasta 5 mil unidades. Para lechugas del tipo “mantecosas” o “Reina de Mayo”, su desarrollo de trasplante a cosecha variará de acuerdo a la época del año: en invierno se puede tardar unos 80 días y en verano 30, de acuerdo a la zona geográfica en donde se cultive.
Pero ¿Qué tipo de hortalizas se pueden producir?
El profesor Acuña indica que prácticamente la mayoría de ellas, haciendo la distinción entre las que sumergen sus raíces en agua, como las de consumo de hojas verdes, y las que requieren de un sustrato (orgánico e inorgánico) en algún tipo de recipiente como son las hortalizas de raíz (betarraga, zanahoria, rabanito) y bulbo (cebollas, puerro, ajo).
En este sentido, agrega que las espinacas y las acelgas se dan muy bien en cultivos con sustratos, porque son sensibles a muerte de sus raíces cuando estas están sumergidas permanentemente en el agua, lo que contrasta con las lechugas, albahaca, cilantro y berros, entre tantos otros. Por otra parte, algunas hortalizas facultativas, y que pueden adaptarse y cultivarse con o sin sustrato, como es el caso del tomate y los pimientos.
“En pequeños espacios, se puede obtener una producción que puede ser óptima para el consumo familiar. Aunque requiere de una inversión en infraestructura y equipos mínimos, sus costos no son tan altos y se pueden adquirir en los mercados especializados del área agrícola locales, o bien fabricando sus propios implementos a partir de diseños que se puede encontrar en distintos sitios web especializados”, concluye el Dr. Acuña.
Nutrición de las plantas: Conceptos
“Un aspecto clave de tener en cuenta es que no se deben considerar a los nutrientes consumidos por las plantas como ‘componentes tóxicos’ del tipo de control para plagas. Son simplemente sales inorgánicas o fertilizantes que en su mayoría están disponibles en un formato de origen artificial, pero eso no es un argumento para estimarlas como no deseables”, subraya el profesor del IPSV.
A modo de comparación, basta decir que el 80% del volumen del aire que las personas respiran es nitrógeno (N), que es el principal componente cuantitativo en las hortalizas. Es un gas inocuo requerido por las plantas para vivir. Hace décadas se elaboraron métodos para cristalizar este gas y transformarlo en sales que son la base de la nutrición, sostiene el especialista.
En este sentido, la proporción y las cantidades de nutrientes a aplicar al agua son decisivas y para ello recomienda la asesoría de algún experto, entre ellos el Laboratorio de Fitotecnia de la UACh, que produce las soluciones listas para usarlas.
Respecto a todas las ventajas antes descritas, Rodrigo Acuña indica que más que es 100% eficiente en el uso del agua cuando los sistemas son diseñados para funcionar en modo de “soluciones recirculantes”, es decir, el agua con nutrientes que es usada para regar se recolecta post-drenaje y se redirige hacia un contenedor de almacenamiento, desde donde luego se reimpulsa nuevamente para reutilizarla en las mismas plantas, por lo tanto, el sistema es altamente es muy eficiente en agua y nutrientes, sin contaminar el medioambiente.
Finalmente, agrega que “si los cultivos hidropónicos son bien cuidados, se puede prescindir de productos o agroquímicos de control de plagas, los cuales son menos deseables. Esto depende del cuidado que le sea dado a las plantas y el tamaño de la infraestructura de cultivo”.
Sitios recomendados
https://www.pinterest.fr/pin/439101032417240912/
https://hydroenv.com.mx/catalogo/index.php?main_page=product_info&cPath=284&products_id=140
Fotos: Archivo proyecto en el del Centro de Educación y Trabajo (CET) de Gendarmería de Chile en Valdivia y prácticos de la carrera de Agronomía de la UACh.