Este mes tuve el privilegio de asistir al Primer Congreso de Humanización en Salud – Chile, jornada necesaria para que los profesionales de salud nos actualicemos sobre un tópico que viene marcando la pauta internacional en estándares de calidad y atención al paciente. Como Alumni UACh pienso que mi experiencia formativa no hizo sino confirmar mucho de lo discutido en el marco de la humanización. Aunque esto no estuviera explícitamente en la malla curricular, fueron percibidas en actitudes y valores de docentes que nos invitaron a ver la práctica clínica y a nuestros pacientes con otra mirada.
Humanizar la atención en salud supone mucho más que un trato cordial y amable. Hoy es común encontrar una atención centrada en la enfermedad, separando la dolencia de la persona que la padece. Humanizar consiste en repensar la manera en que nos involucramos y empatizamos con los pacientes. Permite, de ese modo, abrir posibilidades a una mirada integral.
Conceptos como comunicación, bienestar y participación familiar son nociones que, habitualmente no encuentran espacio para análisis, y es de suma urgencia tomar conciencia de ello. La evidencia respalda protocolos de humanización en diferentes niveles de salud, dado que disminuyen la ansiedad y el estrés en los pacientes y sus familias, generan entornos laborales más agradables y mayor confianza en los profesionales, mejoran la productividad clínica, entre otros beneficios. Como referente tenemos el Proyecto HU-CI (Humanizando Cuidados Intensivos) creado por el Dr. Gabriel Heras (2014), que implementa acciones que humanizan los cuidados, adaptándose a las personas.
Como odontólogos podemos hacer mucho. Existen manuales y protocolos que desarrollan el abordaje humanizado en áreas como UCI o atención primaria, de los que se pueden rescatar estrategias para que los pacientes se sientan seguros, cómodos y dignos durante su atención.
En Clínica Linnen consideramos importante reforzar este aspecto -en el sector público y privado- para evitar que las y los pacientes dejen de lado la continuidad de sus tratamientos por sentirse incomprendidos. De igual forma, es imprescindible enfocarse en una relación positiva, desarrollar la escucha activa, conocer vivencias anteriores y expectativas, y promover un ambiente agradable que logre relacionar la atención odontológica con una buena experiencia. De esta forma, obtendremos un espacio seguro, que sane heridas y confianzas en quienes han roto su relación con su salud bucal, caminando hacia la conciencia de controles periódicos que nos permitan pesquisar a tiempo y prevenir.