La Dra. Camila Tejo es bióloga y actual investigadora postdoctoral del Instituto de Conservación, Biodiversidad y Territorio de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh y del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, experta en ecología del dosel o copas de los árboles. Su interés es difundir la relevancia de este estrato para el funcionamiento del bosque como sitio de captura y retención de nutrientes, hábitat para organismos como plantas, animales, hongos y microorganismos; y también para la formación de suelos epífitos.
Una de sus últimas actividades la realizó a través del programa Explora «Mil Científicos Mil Aulas», donde ofreció una charla a dos cursos de segundo medio del Liceo Industrial de La Unión. En el programa radial “A Ciencia Cierta” de Radio UACh, en tanto, conversó sobre su investigación postdoctoral, explicando la función de las epífitas, es decir, plantas que crecen en el dosel de los árboles sin ser parásitas. A principios del semestre coordinó el curso “Mountains to the sea”, dirigido a estudiantes de Oregon State University, de Estados Unidos, oportunidad en la cual visitaron los alerces de la Reserva Costera Valdiviana.
Especie milenaria
El alerce es la segunda especie más longeva del planeta, puede llegar a medir sobre 5 metros de diámetro y alcanzar 45 metros de altura. Por estas características la Dra. Tejo opina que “tenemos la fortuna de vivir en una región donde habita esta especie”. Sin embargo, es enfática en afirmar que “las poblaciones de alerce han disminuido dramáticamente, debido principalmente a la tala, quema o extracción ilegal, a pesar de que estos árboles se encuentran protegidos por ley desde el año 1976”. Para la investigadora, es vital salvaguardar al alerce para garantizar su prevalencia para futuras generaciones.
En este sentido, la difusión del conocimiento fuera de la academia posee gran relevancia. “Gran parte de la investigación que desarrollo ha sido financiada con fondos públicos a través de FONDECYT, y considero un honor poder entregar estos descubrimientos a las personas. Además, al generar instancias de diálogo se crea un puente entre la ciencia y la sociedad, puente necesario para fortalecer la importancia del quehacer científico a nivel nacional, especialmente con tomadores de decisiones”, afirmó.