La visita de la epidemióloga a la Universidad Austral de Chile se gestó en el contexto de su trabajo con el Instituto de Salud Pública de la Facultad de Medicina UACh, junto a la académica Marisol Ruíz, y su colaboración en líneas de investigación del proyecto Fondecyt “Trabajo de personas mayores en Chile: la influencia de cultura y territorio”, que lidera la docente, Dra. Carmen Gloria Muñoz.
Su estadía, permitió la participación en el módulo biopsicosocial del Doctorado en Ciencias Médicas que imparte la Escuela de Graduados de la Facultad de Medicina UACh, donde participan las académicas, Marisol Ruiz y Carmen Gloria Muñoz, y las docentes Jimena Carrasco y Marcela Apablaza, docentes del Magister en Inclusión Social, siendo esta la primera vez que se realiza este módulo con contenidos de salud pública, salud colectiva y contextos sociales de la salud de la población, como parte de la asignatura dentro del Doctorado.
“La idea es mostrar a las y los estudiantes del doctorado un contexto de dónde surgen los problemas de salud. Es decir, más allá de que los problemas de salud se manifiesten física o fisiopatológicamente en los cuerpos, en las células, en los órganos, son personas que viven con ciertos problemas sociales y este primer módulo estaba orientado a situar los problemas sociales que impactan en la salud de la población, entendiendo los problemas como condiciones materiales y simbólicas que afectan el bienestar de la población y que producen malestar”, contó la académica UACh, Marisol Ruiz.
En la instancia, la Dra. Vives, dio clases sobre políticas no sanitarias que tienen efectos en el bienestar de la población. En este sentido, la académica, que trabaja en temáticas de salud vinculadas con lo urbano, con la vivienda, con el empleo, el trabajo y la segregación territorial, explicó: “En las clases hablamos de los determinantes sociales de la salud en casos específicos. Sobre la idea de la medicina social, la determinación social de la salud, y luego aterrizamos a algunos ejemplos específicos como el rol del seguro de desempleo en la protección frente a las crisis económicas y la salud mental. Hablamos de los programas de regeneración de vivienda social, como una política que beneficia la salud de las personas, aunque no sea una política sanitaria. De los programas de arborización en ciudades que no son como Valdivia y que no tienen la fortuna de esta naturaleza y cómo estos planes que no provienen del sector salud, impactan en salud.”
Y añadió: “En particular, nos centramos en el estudio RUCAS, que hicimos sobre regeneración urbana en Santiago y en Viña y estuvimos haciendo una pequeña reflexión sobre cómo investigaciones de laboratorio con resultados chiquititos, puestos en un contexto mayor, permiten cuantificar el impacto de manera mucho más amplia. También hablamos sobre la importancia de que esas investigaciones que ellos pueden realizar son relevantes para la salud pública, a pesar de que sean en laboratorio o con ratas. Si uno las puede poner en un contexto social más amplio, se da cuenta de que son relevantes, como problemas de salud pública.”
Respecto de los desafíos que existen en salud pública y en el ámbito social, comentó: “El diálogo es lo más importante. El diálogo entre las partes. El diálogo entre el laboratorio y la gente que se dedica a la investigación social. Entre las personas que toman decisiones de políticas públicas con la gente que se dedica a la investigación en salud. Cruzar las fronteras que dividen los sectores de actuación, en el Ministerio de Vivienda, en el Ministerio de Salud, en la Universidad, en el Congreso, o que dividen el laboratorio de las encuestas poblacionales que se usan en salud pública.”