Interesantes reflexiones dejó la visita del renombrado especialista en educación José Joaquín Brunner, quien participó en una jornada organizada por Prorrectoría, la que se realizó como parte de las actividades para fortalecer el sistema de aseguramiento de la calidad en la Universidad Austral de Chile.
Según explicó el especialista, hoy día efectivamente todas las instituciones tienen que preocuparse de su propia sostenibilidad económica, “es decir, de cómo se van a mantener económicamente durante los próximos 20 años. Así como están cambiando muchos parámetros externos otro que ha cambiado es el del financiamiento”.
Señaló que “el Estado en Chile ya no está aumentando el gasto que hace medido como porcentaje del producto nacional. En los países de la OCDE el gasto más alto como proporción del producto nacional es el chileno. Entonces en realidad es una ilusión pensar que el Estado va a aumentar significativamente los recursos tanto en docencia como en investigación”. En investigación en cambio, dijo, “tenemos muy bajo gasto, de los más bajos dentro de la OCDE”.
Por lo tanto, aseguró que “tenemos que adaptarnos a esta nueva circunstancia y encontrar dos cosas: cómo usar con mucho más eficiencia los recursos que tenemos y, por otro lado, cómo aumentar los ingresos imaginativamente, es decir, qué tipo de programa y para qué tipo de públicos que efectivamente estén dispuestos a hacer un esfuerzo porque les ofrecemos algo de gran interés”.
A su juicio, si no se atiende a estos desafíos de sostenibilidad económica se pueden tener crisis, tal como sucede hoy con varias universidades en el país.
Cambios en conceptos de calidad y excelencia
La condición de excelencia y los parámetros de calidad han ido cambiando de manera significativa en los últimos años, incrementando su grado de complejidad. ¿Cómo prepararse para abordar estos desafíos?
El Dr. Brunner sostuvo que lo que se está haciendo en la UACh “está muy bien encaminado porque justamente la preocupación del grupo interno que está a cargo de la evaluación interna permanente y del mejoramiento de la calidad de la institución es el encargado de mantener este horizonte de la excelencia con todos los cambios que están ocurriendo respecto de la definición de la excelencia. Eso viene dado por distintas circunstancias de la nueva ley, de las políticas, pero también de cómo está cambiando el mundo de la educación superior”.
El académico recalcó que “tienen que haber grupos especializados en análisis institucional, en autoevaluación interna y en planificación estratégica que es clave para poder mirar el horizonte de los próximos 20 años.. Aquí claramente hay un grupo que está dedicado profesional y permanentemente a eso”.
Respecto de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) destacó que “sin duda se ha fortalecido y se ha creado un cierto sistema de aseguramiento de la calidad que se llama el SINACES donde está la CNA pero también la Superintendencia, el Consejo Nacional de Educación y la Subsecretaría de Educación Superior”.
En su opinión, “el fortalecimiento organizacional ha ido ocurriendo”, aunque “la coordinación entre todas estas instituciones todavía creo yo es débil y tiene que aumentar. Pero sobre todo el proceso de acreditación mismo siempre está en tensión entre rigidizarse y burocratizarse al máximo o dejar espacios de libertad y de creatividad mayores a las instituciones”.
“Ese delicado balance me parece a mí que durante el último tiempo ha tendido a ponerse más enérgicamente burocrático o rígido que a favorecer espacios de creatividad y de innovación en las instituciones. Las propias instituciones son las que tienen que preocuparse de darle voz a estos espacios de libertad y de creatividad de modo tal de que se mantenga un buen equilibrio entre control externo y capacidad interna de cambio”, finalizó.
José Joaquín Brunner Ried (https://brunner.cl) es sociólogo, PhD por la Universidad de Leiden, Países Bajos, y con estudios de posgrado en la Universidad de Oxford. Sus áreas de interés son el análisis comparado de políticas y sistemas de educación superior, el análisis cultural y del campo intelectual y la gobernanza de las universidades en América Latina. Fue Ministro Secretario General de Gobierno entre 1994 y 1998.