Con cerca de seis décadas de transmisión, la Radio Universidad Austral de Chile, ex Radio Universidad Técnica del Estado, se ubica en la actualidad en el Edificio 900 del Campus Miraflores, convirtiéndose en un bastión de las comunicaciones, la cual ha pasado por diversas etapas en su quehacer, estructura programática, línea editorial y obviamente las personas y profesionales que han dedicado su tiempo y energía por hacer crecer este importante medio institucional.
La radio inicia sus transmisiones de manera oficial el día 26 de julio de 1961, bajo el nombre de CD 125 Radio Universidad Técnica del Estado, con una frecuencia de Amplitud Modulada (AM). Sin embargo, desde 1957 los estudiantes de la carrera técnica de la UTE inician un proceso de experimentación y estudio del fenómeno radiofónico, sumándose en los próximos años a una importante red de radioemisoras universitarias.
Con el correr de los años, este medio se convirtió en un referente de la cultura a nivel local y regional, teniendo como principal objetivo generar un vínculo universitario directo con su entorno, con la realidad de sus comunidades y territorios.
En este proceso histórico, el año 1988 marca un antes y un después de este medio de comunicación pues la entonces radio UTE pasa por concesión a la Universidad Austral de Chile, junto con la creación de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería, bajo la dirección del Rector Juan Jorge Ebert. A partir de ese momento es nombrada Radio UACh, con el dial 90.1FM.
Como Noticias UACh conversamos con su Director, el periodista Miguel Millar, quien nos habló en profundidad sobre este medio de comunicación institucional, reconociendo parte de su historia y crecimiento.
¿Cómo se iniciaron las transmisiones de la radio?
R: “La radio comenzó a funcionar en el año 1957, según antecedentes que hemos registrado. Parte como una iniciativa de los estudiantes de la Escuela Técnica de Valdivia, asesorado por profesores de la Universidad Técnica del Estado (UTE) de acá, con equipos muy experimentales y bajo una inspiración de desarrollar una actividad que a la comunidad le permita acceder a cierta cultura a la que no podían acceder a través de la radio comercial».
¿Cómo fue la discusión para lograr sacar adelante este proyecto comunicacional?
R: “En el año 1959, la UTE en Santiago discute una solicitud de un apoyo financiero para este proyecto, para que puedan comprar un transmisor profesional y formalizar sus actividades radiales, con discusiones registradas de la época que apuntaban a apoyar y otras a cuestionar los recursos para esta iniciativa, teniendo en cuenta un escenario complicado y de pocas comodidades incluso para llevar a cabo actividades académicas. Eso es interesante y destacable para nuestra actual visión de radio”.
Entonces, ¿cuándo se comienza a transmitir de manera oficial?
R: “Ya en el año 1961, el 26 de julio, la Radio Técnica del Estado formaliza su funcionamiento, obteniendo su primer decreto de concesión con la Secretaría de Telecomunicaciones por un periodo de 30 años. Comienzan las transmisiones y termina esa parte experimental de sus inicios, constituyendo también el funcionamiento de esta red nacional de radios de la UTE”.
¿Cómo y cuál fue su enfoque de contenidos para la audiencia de la época?
R: “Fue toda una evolución, se definió un enfoque cultural y de formación de audiencias con contenidos de alta cultura que no circula como las radios de cadena y comienzas a encontrar conciertos, cápsulas científicas, etc. En los sesenta se destaca el tema vinculante del proyecto a nivel nacional con participación de Víctor Jara y acá con la Peña de la UTE que hasta hoy trae recuerdo entre sus participantes, siendo muchos de ellos protagonistas incluso de su programación. El periodo que se vivió en la dictadura militar fue donde la radio enfrentó un retroceso, perdiendo el pujante valor de vinculación y volviendo a un sesgo cultural con una visión elitista, lo que al menos se prolongó hasta el año 1981”.
¿Qué marcó a la radio en los años ochenta?
R: “En el año 1981 con los cambios constitucionales se regulariza el funcionamiento de las radioemisoras y la televisión. El uso del espectro radioeléctrico para los servicios informativos se regula a través de la Ley General de Telecomunicación, junto con el cambio que involucra la Ley de Universidades, donde la UTE pasa a ser la Universidad de Santiago y sus sedes se convierten en institutos profesionales públicos. Entonces nuestra sede se convierte en el Instituto Profesional de Valdivia con una misión clara que es el autofinanciamiento. Esta política se traslada a la radio y entre los años 1980 y 1989 pugna por convertirse en una radio comercial.
«En el año 1989, el Instituto Profesional de Valdivia suspende sus funciones e iniciativas académicas, siendo traspasado a la UACh y con ello se convierte en Radio Universidad Austral de Chile, coincidiendo con la formación de la nueva Facultad de Ciencias de la Ingeniería. Por lo tanto, podemos decir que la radio existe hace 28 años, pero nosotros nos queremos hacer cargo de esa tradición, recoger esa herencia, que a ratos más brillantes y en otras más opaca, de reencontramos en esa misión de radiodifusión pública, de libre acceso y de una radio que tiene y debe ser una herramienta activa dentro de la política de vinculación con el medio de la Universidad”.
Hasta 1987 la radio era solo AM de 10Kw y desde el 24 de noviembre de ese año se le concesiona al Instituto Profesional de Valdivia la frecuencia modulada, 90.1 Mgrz
¿Cuándo se deja de transmitir en AM?
R: «Un último hito fue la venta de la frecuencia AM, teniendo en cuenta el contexto histórico, los costos y el autofinanciamiento que se exige a los medios de comunicación, poniendo término a ésta a fines de los años noventa».
¿Cuál crees que sería la visión del Dr. Eduardo Morales de la radio?
R: “Recojo esa pasión por reunir a los actores sociales y culturales que pueden ser reflejados en lo que hacemos en la radio, en esa invitación a participar y hacer de ella una respuesta. Ese modelo es el que queremos hacerlo nuestro también, lo público y al servicio de la comunidad y el territorio, algo muy similar a lo que realizó el Rector Fundador”.
¿Hay una deuda de la radio con los estudiantes de la UACh?
R: “Yo creo que esa respuesta tiene dos direcciones. Igual fui estudiante de esta Universidad y vi la puerta cerrada de la radio, pero también me pregunto: ‘¿Qué hice yo para abrirlas?’. Me recuerda los inicios de la radio y de la lucha de los estudiantes por contar con el apoyo para hacer funcionar un proyecto que no iba de la mano con las necesidades mínimas de la época como eran salas de clases dignas. También es bueno preguntarse por los alumnos que sí pueden tener una deuda con este instrumento que apunta a apoyar la vinculación con su entorno. Siempre es posible un camino bidireccional; yo no diría que la Universidad tiene una deuda con sus estudiantes. Yo diría que la Universidad y sus estudiantes tienen una deuda con su territorio”.
¿Cuál crees que es la opinión que tienen los actuales auditores de la radio?
R: «Es complejo ponerse en ese lugar, particularmente desde la Universidad, donde es un lugar que nos exige que para plantearnos algunas definiciones en ese ámbito tenemos que tener indicadores, un mínimo de conocimiento de lo que está ocurriendo, de manera cuantitativa y cualitativa; ésa es una deuda. Pero también me pregunto ¿cómo nos ven?, ¿cómo nos usan?, ¿cómo servimos? Nosotros en la actualidad tenemos 40 programas en la radio, de los cuales el equipo de la radio hace dos. Ésos son los números, eso es lo que ocurre en la radio, preguntándonos cuánta gente está haciendo la radio. Eso nos tiene contentos”.
Por último, ¿qué esperas de este medio de comunicación?¿Cuáles son las proyecciones de este proyecto?
R: “Tres cosas: primero esa visión instrumental de la radio, preguntarnos entre todos ¿para qué nos sirve este medio? Una radio que no es un proyecto autónomo y que busca ser un instrumento para la vinculación con el medio y entorno. Lo segundo es la actualización tecnológica, llegando a las multiplataformas que existen en la actualidad, de acceso a los diversos dispositivos, lo que también va asociado a una crítica de la audiencia, teniendo indicadores y con ello retroalimentación de nuestro público. Y el tercer aspecto es la incidencia. Si no la estás haciendo desde el periodismo no estás teniendo impacto en el territorio y esa debe ser una discusión permanente en los medios universitarios”.