Como una “gran oportunidad” y “una experiencia desafiante” fue descrita por las y los estudiantes la tradicional práctica integrada, una actividad académica que se desarrolla en 3er año de Ingeniería Forestal, y donde durante varios días se concentran en la aplicación práctica de sus conocimientos, insertos en el bosque de los predios de la UACh, San Pablo de Tregua (Panguipulli), y Las Palmas (Valdivia).
En el entorno único de San Pablo de Tregua, donde se mezclan antiguos bosques nativos y también plantaciones, las y los estudiantes aprendieron, aplicaron y compartieron con compañeros y profesores de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales.
La estudiante Pía Acuña resaltó la oportunidad de aplicar todo lo aprendido durante tres años de carrera. “Fueron días de mucho trabajo en terreno, donde, entre varios objetivos que cumplir, tuvimos que recopilar datos sobre la composición de especies, su importancia ecológica y cómo el paisaje cambia dependiendo de la zona. El predio de San Pablo de Tregua es un lugar ideal para hacer esta práctica, ya que tiene una gran variedad de formaciones vegetales, como bosques naturales y plantaciones, además de contar con buenas instalaciones para trabajar cómodamente”, expresó.
Bajo la constante supervisión de sus profesores los estudiantes trabajaron en la presentación de metodologías en el aula y su aplicación en terreno.
Para Pía Acuña uno de los aprendizajes más importantes adquiridos fue a raíz de la necesidad de contar una buena metodología para trabajar en terreno. “Por ejemplo, tener una cartografía clara es fundamental para no perderse, y el buen uso del GPS resulta indispensable, especialmente en áreas montañosas como es el caso, donde no hay señal. También aprendimos lo útil que es conocer distintas metodologías para la captura de datos. Aunque siempre se propone una metodología, en el campo es importante estar dispuesto a ajustarla según las condiciones del lugar, como la pendiente o la visibilidad, que pueden cambiar todo el panorama”.
“Otra experiencia clave -añadió la estudiante- fue la importancia de conocer las fortalezas de cada uno de los integrantes de tu grupo y equipo de trabajo. Esto hace que el trabajo funcione mejor y se pueda optimizar el tiempo. La buena comunicación y la capacidad de organización fueron esenciales para la captura de datos”.
Esta misma opinión en relación a las distintas competencias que se ponen a prueba en actividades como ésta, tiene el estudiante Benjamín Ojeda, quien manifestó que “fue una experiencia desafiante desde el punto de vista académico, ya que se aplican todos los conocimientos que se han adquirido a lo largo de la carrera. En mi opinión es muy importante y necesario realizar actividades desafiantes de este tipo, ya que no sólo evalúa los contenidos que hemos aprendido, sino también otras habilidades, como el trabajo en equipo, desempeño en terreno y la capacidad de tomar iniciativas en base a las metodologías que como grupo de estudiantes hemos propuesto”.
Agregó que “es trascendental el trabajo autónomo, ya que nos permite desarrollar habilidades que servirán en demasía para el futuro laboral, obviamente siendo guiados por los profesores responsables que nos han dado las correcciones pertinentes y nos han ayudado a lo largo de la práctica”.
La gran cantidad de datos adquiridos en terreno son procesados por los estudiantes durante extensas jornadas de trabajo para preparar el informe final y presentar los resultados frente a los profesores. El Prof. Dr. Alfredo Aguilera, académico responsable de la práctica, indicó que “durante las actividades de terreno los estudiantes demostraron una muy buena capacidad de organización, trabajo en equipo, liderazgo, compañerismo, y un desempeño profesional sobresaliente al ejecutar los diferentes módulos que componen esta actividad. Los estudiantes han demostrado un desempeño en terreno de muy buen nivel, similar al grupo con el cual desarrollamos esta práctica el año pasado, esto refleja la calidad de formación que reciben nuestros estudiantes de ingeniería forestal, la que es completa tanto en habilidades blandas como en las profesionales, por ello estoy muy satisfecho y contento con los resultados”.
El académico agradeció la participación y apoyo de los profesores Guillermo Trincado, Mauro González, John Gajardo y de la ayudante Javiera Guajardo, así como al Centro Experimental Forestal.