La conmemoración del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, nos invita a reflexionar sobre los desafíos persistentes y las acciones necesarias que las comunidades educativas debemos asumir para enfrentar las violencias de género, una problemática profundamente arraigada que transgrede la dignidad y vulnera los derechos humanos.
En la Universidad Austral de Chile hemos implementado políticas y acciones concretas que reflejan nuestro enfoque proactivo y nuestra visión integral del problema. Desde la adopción de la Política de Prevención y Sanción del Acoso, la Violencia y la Discriminación (AVD) en 2015, nos hemos posicionado a la vanguardia en la institucionalización de los asuntos de género, reconociendo que estos desafíos trascienden las violencias visibles.
Con el Reglamento AVD entre Estudiantes -activo desde 2016- y el Reglamento AVD Comunidad Universitaria -desde 2018-, hemos establecido estructuras formales para acoger y gestionar denuncias, asegurando un tratamiento justo y efectivo. En 2018, las estudiantes movilizadas nos impulsaron a profundizar nuestro enfoque, exigiendo -entre otras cosas- capacitaciones y sensibilización en prevención de violencias para todos los estamentos. Esto dio lugar a la implementación del programa Cambiar es Avanzar en 2019, que, gracias a los fondos otorgados por el Mineduc a través del proyecto AUS22102, no solo expandió su alcance a todos los campus y sedes de la UACh, sino que desde 2023 ha permitido ejecutar acciones clave para institucionalizar la perspectiva de género, trabajando de manera coordinada con diversas unidades y macrounidades de nuestra casa de estudios.
De esta manera, a través del Cambiar es Avanzar, como área de Prevención de la Unidad de Género creada en agosto de 2024, se ha implementado un programa de especialización que ha otorgado becas a más de 30 trabajadoras y trabajadores de diversos territorios, formándoles como agentes en la prevención de violencias dentro de nuestra comunidad.
Este 25 de noviembre, mientras reflexionamos sobre la urgencia de fortalecer estos mecanismos, es transcendental reconocer que erradicar la violencia de género en el ámbito universitario requiere un esfuerzo continuo y colectivo. No basta con implementar políticas; se necesita un cambio cultural que solo puede lograrse con la participación activa de la comunidad universitaria.