El Dr. Cabrera posee una serie de publicaciones en destacadas revistas especializadas de corte internacional, alrededor de 6 premios en importantes convocatorias de investigación científico-clínica españolas, numerosas entrevistas en medios de comunicación, reconocimiento por parte del medio sanitario y lo principal, un tema de investigación de alto interés como es el VIH/SIDA.
La línea de investigación de Salvador Cabrera parte con su tesis doctoral, desarrollada en la ciudad de Salamanca España en Farmacocinética Clínica, ciencia que se encarga de estudiar “lo que el cuerpo le hace al medicamento”, es decir, los procesos de absorción, distribución, metabolismo y excreción de los fármacos, con el objetivo de realizar ajustes de dosis en determinados tipos de pacientes.
El académico del Instituto de Farmacia comenta que partió desarrollando una técnica analítica para cuantificar 8 antirretrovirales en sangre, lo que le tomó dos años de intenso trabajo de laboratorio. Luego de ello, se trasladó al hospital Universitario de Salamanca a ponerla en práctica, donde implementó un programa de seguimiento integral de pacientes con VIH, el cual está formado a su vez por un programa de monitorización de niveles plasmáticos de antirretrovirales, un programa de farmacogenética y un programa de atención farmacéutica. En este último, el profesional farmacéutico interactúa con el paciente de forma directa, tal como lo hace el médico en su consulta.
En este nuevo desempeño del farmacéutico, el paciente va al médico, éste realiza un diagnostico y prescribe un medicamento. Posteriormente, dicho paciente es atendido por el farmacéutico para que este profesional le informe sobre el tratamiento que va a recibir, le educa en relación a su enfermedad, averigua cuál es su conducta rutinaria de trabajo, de dieta, de ejercicio, etc.
En función de toda esta información, el farmacéutico indica los horarios más adecuados para que el paciente tome el medicamento, evalúa si es que existen interacciones con otros fármacos (si un medicamento interfiere con otro) o si hay cierto tipo de alimento que pueda afectar, por ejemplo, la absorción del fármaco. Por otra parte, el farmacéutico vigila la adherencia al tratamiento, lo que significa saber si el paciente toma la medicación diariamente y de manera correcta.
En lo que respecta a la monitorización de niveles plasmáticos de antirretrovirales, el profesor señala que “en el año 2005, comenzamos a determinar concentraciones de fármacos en sangre en unos 400 pacientes con VIH y hasta el día de hoy conozco y he entrevistado a más de 500 pacientes. En un número importante de ellos nos dimos cuenta que tenían concentraciones plasmáticas sobre las esperadas, es decir niveles tóxicos y otros, por el contrario, con niveles plasmáticos bajo el mínimo efectivo. Cuando ello ocurre, lo que procede es realizar un ajuste de dosis, disminuyéndolas en el primer caso e incrementándolas en el segundo”.
Sobre los resultados, hay publicados cuatro casos clínicos en revistas internacionales especializadas del área, aparte de otros tres trabajos con resultados más globales. Las conclusiones apuntan a que pacientes que estaban con altos niveles plasmáticos de antirretrovirales (tóxicos), al realizarles una reducción de la dosis mejora su calidad de vida, ya que desaparecen o disminuyen de manera importante los efectos adversos que les aquejaban, por lo que el paciente lo agradece enormemente. En otros casos, las concentraciones plasmáticas de los antirretrovirales son muy bajas, y ello se corresponde con un bajo número de defensas y una alta carga viral (fracaso del tratamiento). En ellos se realiza un incremento de la dosis, lo que permite que las defensas también comiencen a subir y la carga viral se haga indetectable.
En función de todos estos antecedentes la Academia de Farmacia de Santa María de España de la región de Murcia decidió aceptar el ingreso del académico chileno, convirtiéndolo en el primer latinoamericano que ingresa a esta academia, la cual tiene entre sus miembros ciudadanos europeos y un norteamericano.
El nombramiento fue realizado en una ceremonia solemne el día 22 de junio, donde “tuve que escribir un discurso, bastante extenso, de mi tema de investigación, el cual se envió a una editorial para su impresión como libro con su correspondiente ISBN”, comenta el químico farmacéutico.
En España, las Reales Academias de Farmacia se dedican a reclutar a la elite de una determinada área del conocimiento, procurando incluir todo el espectro de especialidades de desarrollo profesional, en este caso, del área farmacéutica. Los académicos que la componen, poseen un extenso currículum y suelen ser catedráticos de universidad con importante productividad científica de relevancia e impacto en la sociedad. Anualmente, las Reales Academias reciben solicitudes para incorporar nuevos académicos y en este sentido, Alfonso Domínguez-Gil Hurlé, catedrático de la Universidad de Salamanca y Jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario de Salamanca, y quien fuera además el Director de la tesis doctoral de nuestro docente, fue el encargado de postular al Dr. Salvador Cabrera como candidato para recibir este reconocimiento.
Salvador Cabrera es el único especialista clínico, dentro de este núcleo científico en la Academia y señala que “es un privilegio enorme y una satisfacción que se haya hecho un reconocimiento para nuestra profesión, para la carrera farmacéutica en Valdivia y también para la Universidad Austral, porque esto ayuda a establecer lazos y vínculos que puedan ir consolidándose a futuro”.
Farmacogenética
Actualmente el Dr. Salvador Cabrera sigue trabajando con sus colegas y pacientes españoles, gracias a un Convenio de colaboración recientemente firmado entre la Facultad de Farmacia de la Universidad de Salamanca y el Instituto de Farmacia de nuestra Universidad Austral. Este importante convenio incluye dentro de sus objetivos continuar el trabajo impulsado por el Profesor Cabrera en una patología tan particular y de alto impacto mediático como lo es el VIH/SIDA.
En la actualidad, esta investigación cuenta, además de la monitorización de niveles plasmáticos de antirretrovirales y la atención farmacéutica, con una nueva herramienta, la Farmacogenética, ciencia que permite conocer la información genética del paciente en relación al metabolismo de los fármacos (y de otros procesos farmacocinéticos) y conocer así si el paciente debido a la batería enzimática que posee requiere algún ajuste de dosis. Esta información genética del paciente (genotipo) en conjunto con la monitorización de niveles plasmáticos de antirretrovirales (fenotipo) permite establecer correlaciones con un elevado nivel de certeza en relación a la capacidad de cada paciente para metabolizar los medicamentos que ingiere, logándose así el gran objetivo de la medicina moderna, es decir, administrar “el medicamento correcto, a la dosis precisa al paciente adecuado”.