No hay instrucciones para atravesar una crisis institucional de la magnitud que vivimos. La Universidad Austral de Chile lo ha experimentado en carne propia: en menos de cinco años, dos rectorías interrumpidas, una deuda acumulada que alcanzó los -21.000 millones de pesos, y un sistema de gobernanza que evidenció vacíos que, por años, nadie quiso enfrentar con la determinación que ameritaba evitar una crisis institucional.
Pero incluso en ese escenario, algo se movió, porque a veces solo en medio del caos se puede volver a mirar de frente, lo que ya no se sostiene. Durante el último año, en el que he liderado el gobierno universitario, se comenzó a aplicar un Plan de Recuperación. Esa sola decisión permitió conservar la autonomía institucional, pero también puso sobre la mesa que había que hacer cambios de fondo: no más decisiones sin respaldo financiero, no más estructuras sin capacidad de respuesta, no más gestión por costumbre sin normativas actualizadas que definan reglas claras en nuestro quehacer. Es decir, dejar de hacer las cosas como por un buen tiempo se hicieron en nuestra Universidad…. Necesitamos cambiar y para bien de nuestra UACh.
La crisis financiera forzó medidas que hoy están dando resultados concretos: se revirtió el alza de la deuda, se mejoró el margen operacional y se implementó un modelo de costeo que permite evaluar con mayor precisión el desempeño de cada unidad académica. Por primera vez, se comenzó a calcular cuánto cuesta lo que hacemos y qué tan sostenible son nuestras actividades académicas. Ha sido difícil, pero todo lo hecho constituye un avance que nos pone en mejor posición de cara al futuro.
Un ejemplo concreto de lo anterior se presenta en el Cuadro 1 que resume indicadores financieros relevantes comparando el 2023 con el 2024. La situación de la UACh hoy es muy distinta a la de hace un año, pero debemos seguir trabajando para lograr la sostenibilidad.
Se han implementados acciones a nivel financiero, administrativo y académico. Creamos nuevos programas de postgrado y de educación continua, avanzamos en indicadores de calidad que serán clave para enfrentar el nuevo proceso de acreditación, más exigente e integral que nunca. Fortalecimos mecanismos de seguimiento, actualizamos políticas y normativas, se reestablecieron los convenios de desempeño de las Macrounidades y se dio forma a una estructura que, aunque aún en construcción, empieza a responder a estándares actuales.
Para enfrentar el nuevo proceso de acreditación ya contamos con un sistema que integra los instrumentos de gestión (Plan de Mejoras, Plan de Recuperación, Plan Estratégico vigente) que se debe acoplar con el nuevo Plan Estratégico que está en discusión en los Cuerpos Colegiados.
Pero quizás uno de los mayores desafíos que pronto deberemos enfrentar es el interno: sanar el desgaste de la comunidad. Para ello, es fundamental “Reencontrémonos como Comunidad por un Proyecto de Futuro” como enfatizamos en el último “comunidad universitaria”.
Hoy, la UACh vuelve a presentarse en proyectos estratégicos, y estamos muy contentos por los buenos resultados obtenidos hasta la fecha, lo que es producto del esfuerzo de nuestros/as académicos/as con el apoyo de nuestros/as funcionarios/as de apoyo.
Los avances logrados no significan que la universidad haya salido de la crisis. Lo que significa es que ya no está inmóvil y está empezando a ver la luz luego de la tormenta. Lo que sigue será exigente, mantener la sostenibilidad más allá del 2028, enfrentar una acreditación en un sistema más riguroso, implementar una reforma de estatutos que lleva años detenida. Ya estamos a un paso de cambiar las cosas en serio trabajando con responsabilidad por nuestra Universidad.
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