Satisfechos y con deseos de continuar siendo un aporte para el mundo apícola de nuestro país, se mostraron los miembros del Equipo Apícola de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Austral de Chile, tras concluir el proyecto Apícola Fondo SAG 23.
La iniciativa denominada “Contribución a la sustentabilidad de la apicultura en cuatro áreas geográficas de chile, mediante la determinación del estatus sanitario y su asociación a la calidad de miel y cera», partió en 2006 y se ejecutó en San Pedro de Atacama, Región de Atacama, Chiloé y Futaleufú.
El objetivo del proyecto fue establecer el status sanitario de las colmenas de las áreas en que se trabajó, determinar la calidad de la miel y cera, capacitar a los apicultores que participaron de este estudio. Todo orientado dentro de las Buenas Prácticas Apícolas (BPA), señaló Patricia Bahamonde, gerente del estudio y miembro del Equipo Apícola de la UACh.
Indicó además, que esta iniciativa tuvo un “fuerte” componente de capacitación, pues durante los cuatro años, se desarrollaron talleres teóricos prácticos – a cargo del Equipo Apícola- para los apicultores beneficiarios.
El proyecto abarcó a un total de 200 apicultores del país lo que implicó trabajar con unas 3 mil colmenas.
En ese sentido, para el Prof. Miguel Neira del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal, señaló que “nuevamente esta iniciativa demuestra la intensa vinculación de la Facultad de Ciencias Agrarias y el Equipo Apícola en responder a las necesidades que los apicultores tienen, aportando las capacidades que se han ido consolidado en el tiempo en este rubro, para transferirlas a los beneficiarios directos”.
“Los mayores logros contribuyen a incrementar el nivel tecnológico que los apicultores desean aplicar en sus explotaciones, para responder así a las actuales exigencias de la apicultura”, subrayó el académico.
Beneficios del proyecto
Entre los beneficios que este proyecto aportó al ámbito apícola del país se encuentran la determinación del estatus sanitario de cada zona abordada.
Ahora se dispone del perfil de calidad de miel y cera de muestras que provienen de colmenares de San Pedro de Atacama, la Región de Atacama, Chiloé y Futaleufú, respecto a la presencia y magnitud de residuos químicos.
Uno de lo aspectos destacados es la caracterización del perfil productivo de los apicultores beneficiarios, con respecto a las formas de manejo de sus colmenares, obteniendo la relación entre dichas características y los resultados de los análisis de laboratorio.
“Con lo anterior, se implementó una base de datos georreferenciada, que complementa, la ya creada en el Proyecto Fondo Nº 64. Permitiendo de esta forma, conocer la realidad apícola de la totalidad de país”, explicó Patricia Bahamonde.
Agregó que se diseñaron estrategias de manejo de enfermedades, basadas en formas alternativas de control para evitar residuos en la miel y cera, capacitando a los productores para la internalización de las Buenas Prácticas Apícolas.
También se caracterizaron las mieles mediante análisis melisopalinológico, lo que permite conocer la composición botánica de la flora utilizada en la producción de mieles en estas áreas.
Patricia Bahamonde, destacó la creación de una palinoteca con las principales especies melíferas presentes en las cuatro áreas geográficas incluidas en la iniciativa, la que se materializó en dependencias del Laboratorio de Entomología de esta Facultad.
“Es importante destacar, que el proyecto logró mejorar la asociatividad de los apicultores participantes, para que fortalezcan su capacidad de gestión productiva, resultando de ellos personas mejor informadas, con conocimientos actualizados y con capacidad de negociación, para ofrecer su producto concientes de la calidad e inocuidad de lo que están ofreciendo al mercado”, explicó la investigadora.