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La agricultura necesita sumar capacidades disciplinares y personales de hombres y mujeres para gestionar los cambios que permitan sostener la producción y calidad de los alimentos para las futuras generaciones. En Chile las mujeres representan aproximadamente el 22% de la fuerza laboral en el sector agrícola, sin embargo, su presencia en cargos de toma de decisiones aún es baja, lo que refleja la persistencia de barreras estructurales, para una participación equitativa, la cual es clave para el desarrollo y la sostenibilidad del sector agrícola.
Uno de los aspectos más destacados de las mujeres en la agricultura es su capacidad de aportar enfoques innovadores y sostenibles. Las mujeres tienden a tener una visión integral del agro, considerando no sólo la productividad, sino también la sostenibilidad y el bienestar de las comunidades rurales. Este enfoque ha sido esencial para la adopción de prácticas agrícolas más responsables, como la agricultura orgánica, la diversificación de cultivos y la integración de prácticas medioambientales que aseguran la conservación de los recursos naturales.
Existen innumerables ejemplos de mujeres que destacan y dinamizan el ecosistema agroalimentario en diferentes ámbitos, como en la macrozona sur lo hacen Mónica Oettinger en la dirigencia de SAVAL F.G., Sandra Bock en la agregación de valor a los alimentos, Francisca Castillo desde las empresas con base científico tecnológica, Daniela Bustos desde la academia y muchas otras referentes en sus áreas. La tarea de visibilizar sus aportes es fundamental para fomentar el involucramiento de las mujeres en la toma de decisiones, asumiendo roles de liderazgo que dinamicen el ecosistema agroalimentario.
Por otra parte, la conformación de redes de apoyo mutuo es fundamental para acelerar los procesos de inserción de las mujeres en el sector público o privado, compartiendo experiencias, conocimientos y/o recursos, como lo están haciendo la Asociación de Mujeres del Agro de Chile AMAGRO o la Red de Mujeres del Centro de Innovación Colaborativa, CIC Los Ríos, por nombrar algunas.
La tarea de posicionar a las mujeres en igualdad de condiciones es una tarea permanente puesto que generalmente los escenarios adversos hacen retroceder sus oportunidades; es ahí donde las redes de apoyo y las políticas públicas enfocadas en la equidad de género son claves para consolidar su participación y abrir nuevas oportunidades que permitan seguir construyendo un modelo más inclusivo y sostenible del sector agrícola, donde el aporte de todas y todos es fundamental.