El Día Mundial de la Salud Mental fue celebrado por primera vez el 10 de octubre de 1992. Hoy, la salud mental es una de las preocupaciones más importantes a nivel mundial, y en Chile la mayoría considera a la salud mental como una de sus mayores preocupaciones (Ipsos, 2022). Consistentemente, en Chile se han promulgado leyes que apuntan a mejorar la salud mental. Entre ellas, la ley 21.331 que reconoce y protege los derechos de las personas en la atención en salud mental.
En esta ley se mandata a la Comisión Nacional y las Comisiones Regionales de Protección de Derechos de Personas con Enfermedades Mentales, a cumplir su función de velar por la protección de los derechos de las personas con discapacidad psíquica o intelectual en la atención en salud, armonizándola con disposiciones que integran un enfoque de derechos humanos en discapacidad y salud mental.
En nuestra región, la Comisión está conformada por representantes de la Secretaría Regional Ministerial del Ministerio de Salud, del Servicio de Salud, del Colegio Médico, del Colegio de Abogados y la Defensoría Penal Pública, de la Sociedad Civil y de las universidades San Sebastián, Santo Tomás y Austral de Chile. Esta conformación da cuenta de la participación de la comunidad en la resolución de los problemas que la aquejan, comunidad de la que forma parte nuestra universidad. Mejorar las condiciones de vida de la comunidad aportando en el ámbito de la salud mental es una tarea continua.
Por esto resulta relevante que, durante la sesión de la Comisión de Salud del Senado que se realizó los días jueves y viernes de la semana pasada en la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la UACh, se haya efectuado la votación del Proyecto de Ley Integral de Salud Mental, que resultó aprobado en primer trámite reglamentario y despachado para su votación en sala. Significativo, ya que este proyecto busca promover y proteger la salud mental de todas las personas, ampliando sus alcances respecto a normativas previas, así como integrar nuevos principios rectores de cooperación, coordinación, igualdad de derechos y equidad de género, participación y diálogo social y trato paritario.
Resulta esperanzador que este avance en la tramitación del proyecto haya ocurrido en nuestra región, de manera que nuestro compromiso con la comunidad y la salud mental de todas las personas que forman parte de ella, se ve reforzado.

Ps. Andrea Wagner-Ferrari, Académica Instituto de Neurociencias Clínicas.