El desempeño productivo de las vacas lecheras alimentadas con dos ofertas de praderas y suplementadas con ensilaje de maíz en otoño-invierno, es la temática que en el último tiempo han desarrollado estudiantes y expertos de esta unidad académica, en función del constante interés que genera en los productores lecheros. Lo anterior, fundamentalmente porque ellos utilizan la pradera como alimento base durante todo el año, pero que épocas de otoño e invierno ven reducida su disponibilidad debido a las bajas tasas de crecimiento experimentadas, lo cual hace fundamental buscar herramientas complementarias que permitan mejorar la eficiencia en la utilización de la pradera, y de esta manera contrarrestar su baja disponibilidad en determinados meses del año.
En este ámbito, el Dr. Rubén Pulido, académico del Instituto de Ciencia Animal de la Facultad de Ciencias Veterinarias UACh, quien a su vez patrocina los trabajos de este grupo de estudiantes de postgrado, explicó la importancia de este tipo de investigaciones para los sistemas lecheros del sur de Chile.
“La utilización de alimentos suplementarios permite entregar un aporte alimenticio de calidad a las vacas lecheras en una época en la cual la pradera no logra entregar los nutrientes necesarios para satisfacer sus necesidades fisiológicas. De este modo, puedo destacar la importancia del ensilaje maíz como mejorador de la producción y composición de la leche, y como una fuente alimenticia con un importante grado de sincronía con los nutrientes que entrega la pradera”, expresó el profesional.
La suplementación alimenticia como elemento que permite mejorar la rentabilidad del sistema productivo
Sobre este tema, Miguel Ruíz-Albarrán, actual alumno de Doctorado en Ciencias Veterinarias de UACh, realizó una investigación que tuvo como objetivo fundamental evaluar el efecto de la suplementación con ensilaje de pradera, versus el ensilaje de maíz en vacas al inicio de la lactancia, estableciendo como antecedente base que la oferta diaria de forraje mejora el consumo de materia seca incrementando a su vez la producción de leche por hectárea.
Para este estudio, financiado a través del Proyecto Fondecyt 1100513 y en el cual además participan los doctores Oscar Balocchi y Fernando Wittwer, se estableció un levantamiento de datos durante el año 2011 que tuvo lugar en la Estación Experimental Vista Alegre de la Universidad Austral de Chile en Valdivia. Ahí se investigaron 32 vacas lecheras Frisón Negro, las cuales previo al ensayo fueron registradas en producción de leche, días de lactancia, peso vivo y condición corporal. En cuanto a los tratamientos, estos consideraron la combinación de dos ofertas de pradera medida a ras de suelo (restringida y moderada) y dos tipos de suplementos conservados (ensilaje de pradera/maíz). Asimismo, se utilizó un sistema de pastoreo rotativo, para semanalmente realizar registros y tomar muestras las cuales fueron analizadas en el Laboratorio de Nutrición Animal UACh.
A modo de conclusión, los resultados arrojaron que bajo condiciones de pastoreo donde la disponibilidad de la pradera representa una limitante, el incremento en su oferta no mejoró la respuesta en producción láctea, peso vivo y condición corporal. Contrariamente, la suplementación con ensilaje de maíz sí mejoró la producción de leche y tuvo un efecto positivo disminuyendo la concentración de aura láctea, esto último al momento de ser comparado con el ensilaje de pradera.
Estos antecedentes nos permiten señalar que la suplementación es una herramienta que permite mejorar la rentabilidad del sistema productivo; directamente aumentando la producción de leche por animal y por hectárea e, indirectamente, por medio de un mejoramiento en la condición corporal, la fertilidad y la salud de las vacas. Sin embargo, el bajo consumo de materia seca es reconocido como el factor más limitante para la producción de leche en vacas de alta producción y en sistemas a pastoreo, particularmente durante el otoño- invierno. De este modo, cabe destacar que el uso de la suplementación en vacas a pastoreo, debe ser estratégico y adaptado a las características del animal que la consume, de los alimentos utilizados y su costo, y de los objetivos planteados en el sistema productivo.
Suplementación estratégica con concentrados durante la época primaveral
Respecto a la suplementación estrategia, Lorena Leichtle, estudiante del Doctorado en Ciencias Agrarias de la UACh, quien también forma parte del grupo patrocinado por el Dr. Pulido, ha realizado estudios abocados al análisis del efecto de la oferta de pradera y de la suplementación energética con maíz grano húmedo, versus trigo partido; lo anterior sobre la producción, composición láctea y condición corporal de la vacas lecheras. Cabe mencionar que estas investigaciones son parte del proyecto M2P5 del Consorcio Lechero, desarrollado por los investigadores pertenecientes a la UACh (Dres. Rubén Pulido y Oscar Balocchi) y al Inia Remehue (Dres. Francisco Lanuza y Julián Parga).
En este trabajo científico, llevado a cabo entre los meses de septiembre y diciembre de 2010, se utilizaron 32 vacas lecheras a las cuales ofrecieron 30 y 20 kilos de materia seca de pradera en un sistema de pastoreo en franjas, las cuales fueron suplementadas energéticamente y equitativamente con maíz grano húmedo o trigo partido a razón de 3,5 de materia seca/vaca/día. En todos los animales se realizaron registros de condición corporal, producción láctea y sus componentes.
Los resultados obtenidos, indicaron que la producción láctea fue mayor en el grupo pastoreando 30 kg de materia seca y no observándose diferencias en la composición láctea o condición corporal entre ambas ofertas de praderas. Del mismo modo, con respecto al grupo suplementado con maíz grano húmedo se observó una disminución de la urea láctea comparado el trigo partido, sugiriendo una mejor sincronía ruminal entre la proteína degradable y energía aportada por los alimentos consumidos. Finalmente, se destaca que la mayor producción de leche y de grasa láctea fue observada en la interacción 30 kilos de pradera suplementada con trigo partido.
A estos antecedentes se suman los datos un estudio de similares características desarrollado también por Lorena Leichtle, el cual se llevó a cabo en 2011 con el objetivo de evaluar la respuesta metabólica y productiva de vacas lecheras pastoreando dos ofertas de praderas, suplementadas esta vez ahora con maíz grano húmedo, versus ensilaje de maíz. Al comparar el efecto de la oferta de pradera, tipo de suplemento y sus interacciones por un modelo multivariado, se concluyó que la suplementación con maíz grano húmedo incrementa la producción láctea y favorece el balance energético con respecto al ensilaje de maíz.