A punto están los preparativos de un nuevo aniversario de la fundación de la Universidad Austral de Chile. Se percibe en el ambiente un aire de fiesta, pero también de profundas reflexiones acerca de lo que ha sido este largo camino a la consolidación y sobre todo, de los desafíos que asoman en el horizonte, mientras la comunidad en pleno de la UACh celebra 52 años de exitosa trayectoria en el escenario nacional de la educación superior universitaria.
El contexto que enfrenta la Corporación de cara al futuro está marcado por un vasto cambio educacional en el país, tanto por el debate que cruza sectores atingentes al acceso como herramienta de equidad social como por la dotación de infraestructura y tecnología para integrar a Chile al mundo globalizado. Sin embargo, el mayor punto de discusión pasa por la definición del concepto de calidad y la manera en que la educación contribuye al desarrollo integral del país, a los requerimientos de una economía altamente competitiva y a una demanda laboral cada día más flexible.
Así, la promulgación de los Nuevos Estatutos, la implementación de currículos basados en competencias y de modalidades pedagógicas innovadoras como el curso «Honor» de formación multidisciplinaria con rango de grado académico complementario y, la acreditación lograda por la UACh por un período de cinco años, garantizan que la formación profesional que entrega la Universidad cumple con los parámetros cualitativos esperados y al mismo tiempo, que cuenta con una capacidad organizacional responsable, comprometida y ordenada. Estos son importantes pasos, pero apenas los primeros en un extenso camino hacia la plena modernización institucional que comenzó el mismo día que la UACh fue fundada por el Doctor Eduardo Morales, un 7 de septiembre de 1954.
El Inicio de un Largo Camino
La UACh se gestó en el corazón de Valdivia. En los salones del Club de La Unión surgieron los primeros esbozos de lo que sería el nacimiento de la Universidad a comienzos de 1954. Nicanor Allende, Federico Anwandter, Manuel Cavada, Mario Carrasco, Marcial García, Roberto Goldenberg, Luis González, Teodoro Henzi, Enrique Hevia, Víctor Segundo Kunstmann, Roberto Luna, Ernesto Martens, Bernardo Núñez, Armando Robles, Federico Saelzer, Walter Schmidt, Alfredo Schüler, Pablo Schwarzenberg, Eduardo Tallmann y por supuesto, Eduardo Morales se dieron cita para organizar una estructura básica sobre la cual funcionaría la institución, designándose los encargados de las escuelas primarias de Medicina Veterinaria, Agronomía, Ingeniería Forestal y Bellas Artes, con un total de 36 alumnos a los que se les impartió clases en los salones de la casona del Círculo Francés, en calle García Reyes.
En tanto, en el segundo piso del Club Valdivia se habilitó la Casa Central de la Corporación, instalaciones que se mantienen hasta hoy.
Oficialmente, su fundación se materializó el 7 de septiembre de ese año, cuando el presidente Carlos Ibáñez del Campo firmó el Decreto que autorizó la creación de la Universidad Austral de Chile, cuyo primer Rector fue Eduardo Morales Miranda (1954-1962). El 12 de marzo del año siguiente, un desfile de académicos con toga y birrete inauguró el primer año académico en el antiguo Teatro Central, ubicado en lo que es actualmente la Multitienda Corona.
Un inicio complejo tuvo la incipiente Casa de Estudios. En su primer período se organizó bajo el alero de la Universidad de Chile, debido al Estatuto Orgánico de la Enseñanza Universitaria que regía en aquel entonces. Tras una larga batalla jurídica, la UACh alcanzó su plena autonomía en 1968, cuando finalizaba su período de rector Félix Martínez Bonatti (1962-1968), gracias a la firma del Presidente de la República, Eduardo Frei Montalva.
En Busca de un Sello
La Universidad Austral de Chile tuvo desde un principio un sello de formación con sentido práctico para proyectar el progreso del sur del país.
Contribuyeron a este propósito la creación del Consejo de Rectores de Universidades Chilenas y de Conicyt (Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica), la aparición de los programas de postgrados, un decisivo apoyo a la actividad científica a través del Fondo de Construcción e Investigación Universitaria, una ola de científicos jóvenes perfeccionados en el extranjero, el aporte de organismos internacionales, y una renovada cultura progresista en la sociedad chilena.
En el transcurso de estos cambios, la UACh logró importantes avances en materia de equipamiento y fomento a la ciencia, que ha pasado a ser una cualidad distintiva de su quehacer. También fueron un aporte la llegada de docentes notables como Eleazar Huerta, Jorge Millas y Luis Oyarzún, entre tantos otros.
William Thayer (1968-1973), Ministro de Justicia del gobierno de Frei, sucedió en el cargo a Martínez Bonatti, quien acentuó una Universidad de carácter regional. Su gestión fue una antesala a los drásticos cambios que se vivieron en los æ70, que a pesar de su crudeza no ensombrecieron un sentimiento común al interior de la UACh, cual fue trabajar para que la Universidad estuviera por sobre los intereses partidistas. Se inauguraba de este modo otra década.
La UACh, así como todas las universidades nacionales, comenzó una nueva etapa con el nombramiento de los primeros rectores delegados: Gustavo Depuis (1973-1976) y Pedro Palacios (1976-1980), quienes rigieron sus períodos con la clara convicción de que ésta era una Universidad diferente. En este tiempo se creó la Vicerrectoría de Asuntos Económicos y Administrativos y la Vicerrectoría de Asuntos Académicos, mientras que a nivel docente se produjo el desarrollo de la Facultad de Letras y Educación, aumentando significativamente el número de alumnos debido a la creación de carreras como Educación Diferencial y Educación Parvularia, lo que se enriqueció con el traspaso de las Pedagogías Básicas desde las Escuelas Normales a las universidades.
En el ámbito científico, un logro importante fue la participación directa en las gestiones para declarar los humedales del Río Cruces en Santuario de la Naturaleza. Más tarde, en 1975, se solicitó su incorporación en la Convención de Ramsar para su protección internacional como sitio de alto valor ecológico.
Mención destacada merece el proyecto «Monte Verde», sitio arqueológico ubicado a unos 35 kilómetros al suroeste de Puerto Montt, dirigido por el arqueólogo norteamericano Tom D. Dillehay, Profesor Extraordinario y Doctor Honoris Causa de la UACh. Ello porque los hallazgos arqueológicos que se encontraron permitieron demostrar que los primeros americanos llegaron por lo menos 12.500 años atrás, echando por tierra la teoría que estimaba que los primeros pobladores del continente habían llegado desde el Asia hace 11.200 años.
Desde el punto de vista institucional se organizó la Asociación Gremial de Académicos, AGA. Como avance en infraestructura se continuó con el trabajo que se estaba efectuando en el marco del proyecto de desarrollo entre la UACh y el BID, la que en el periodo se concretó en la terminación de tres de los edificios principales del Campus Teja. Fue el Doctor Francesco Di Castri (quien falleciera recientemente), quien encabezó, en calidad de director académico, la comisión encargada de elaborar y poner en ejecución este Plan de Desarrollo gracias al cual, la Universidad pudo contar con un edificio destinado a la ecología, disciplina incipiente en esos años.
A Jaime Ferrer (1980-1986), en cuyo período se creó la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, la apertura del Museo Colonial de Frutillar que se logró con el aporte del Gobierno de la República Federal Alemana y la creación de un canal de televisión en 1986, le sucedió Juan Jorge Ebert (1986-1990) como único rector delegado civil, escogido desde las filas de los académicos de la UACh.
Entre los hitos de su gestión están la creación de las carreras de Derecho, Periodismo e Ingeniería en Alimentos, junto a la integración del Instituto Profesional de Valdivia y con ella el nacimiento de la Facultad de Ciencias