Hija de sobrevivientes refugiados en México, «yo» prolonga el exilio en Francia, como huyendo de un trágico destino familiar. En efecto, «yo» es también la sobrina de Miguel Estay, alias El Fanta: uno de los victimarios más emblemáticos y controvertidos del período dictatorial. Condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad, ese antiguo militante de izquierda traicionó a decenas de miembros del Partido Comunista, y terminó participando voluntariamente en uno de los crímenes más atroces de esa época: el Caso Degollados.

«Yo», la hija de víctimas, explora las reminiscencias de la prisión, la tortura y el exilio adheridas a su piel, tratando de identificar todo aquello que la vincula con los otros rezagados de la memoria que pertenecen a su generación. «Yo», la sobrina del victimario, se adentra en esa otra escabrosa zona de la historia preguntándose qué parte de esa herencia le corresponde y cómo lidiar con ella desde el punto de vista ético y político. En busca de su pasado familiar, el personaje se lanza pues a la aventura: retorna a Chile, se suma a la revuelta social de 2019, conoce a otros descendientes de genocidas, funda un colectivo con ellos, se encuentra con algunas víctimas de su tío y descubre la existencia de una prima ignorada, la hija del torturador.

Inventarse un relato propio en medio de secretos, tergiversaciones, mentiras e insoportables verdades: tal es el desafío al que se ve confrontada. Un desafío tan grande como alto es el precio a pagar.