Esta semana se celebra la semana Mundial de la Lactancia Materna, campaña mundial coordinada por la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés) para crear conciencia y estimular el movimiento sobre temas relacionados con la lactancia materna. Es habitual que cuando se habla de ésta, se asocie casi automáticamente a los ya muy bien difundidos beneficios para los lactantes, sin embargo, algo que sin duda está al debe, es visibilizar la importancia de apoyar a las personas que deciden amamantar, ya sea que cuenten con trabajo remunerado o no y por esa razón, la campaña de este año se denomina «Facilitar la lactancia materna: marcando la diferencia para las madres y padres que trabajan»
Según estudios de la UNICEF Y OMS, una de las principales causas de descontinuar la lactancia es el poco apoyo que se tiene al amamantar, que se puede traducir en no tener un lugar adecuado para extraer la leche, que no se cuente con los implementos o no se tenga un lugar de almacenamiento una vez extraída. También se relaciona con la poca información y comprensión que tienen los equipos de trabajo sobre aspectos como la liberación de oxitocina, la bajada de leche, ingurgitación mamaria, entre otras muchas cosas. Estas cuestiones van haciendo que las condiciones laborales no permitan un espacio para desarrollar este importante rol, ya que se van creando barreras que van mermando la posibilidad de ejercer este derecho.
Ante tales escenarios, muchas veces no queda otra alternativa que ir espaciando el acto de nutrir a otro ser humano, ir dándole un término paulatino a este vínculo o suspender la lactancia antes de que la naturaleza lo determine.
La decisión de ejercer el acto de alimentar, entregar, regular, calentar y amar, es parte de nuestra biología mamífera, es parte de nuestras labores sagradas, por lo que apoyar debería ser tarea de toda organización y sociedad.
Como trabajadora de esta casa de estudios y estando en periodo de lactancia, me he enfrentado a varios desafíos, como los mencionados anteriormente y a veces las barreras también tiene que ver con todas las expectativas puestas en el rol profesional que se espera que las personas que lactan logren, sin recordar que tienen un tiempo protegido para alimentar a sus hijxs, que no siempre es posible planificar el tiempo de extracción de leche, que la decisión de amamantar hasta la edad que sea es de cada persona lactante y que por tanto debe haber mayor flexibilidad laboral para aquello. Por algo existen leyes que intentan proteger este acto, ¿verdad?
Frente a este escenario el mensaje que hace llegar la Organización Panamericana de la Salud es que, hacer que la lactancia materna en el trabajo funcione, ¡hace que las sociedades funcionen! La lactancia materna aporta beneficios vitales para la salud y la nutrición de lxs niñxs, con repercusiones positivas a lo largo de toda la vida, y contribuye a la salud de la población -y de la mano de obra- en el futuro, recordemos que, en algún momento, nuestro porvenir estará en manos de nuestrxs hijxs. Las mujeres no deberían tener que elegir entre amamantar a sus hijxs o trabajar. El apoyo a la lactancia materna es posible independientemente del lugar de trabajo, el sector o el tipo de contrato.