Un tema relevante para las diferentes industrias agroalimentarias, como la cárnica, quesera, láctea, cervecera entre otras, es la gran cantidad de desechos que generan y se eliminan. Cabe preguntarse: ¿Son realmente estos “desechos”, residuos que se deben eliminar?
Al estudiar los residuos provenientes de estas empresas, se observa que son ricos en proteínas, carbohidratos, ácidos grasos, minerales, etc., que pueden ser una fuente potencial para otros bioprocesos. Esto permite que a partir de “un desecho” se obtenga nuevos productos con valor agregado, donde cada residuo tiene varias rutas o vías para su inserción en la cadena de producción y de forma sustentable.
La ley 20920 de 2016 es parte de las políticas “green” de Chile, cuyo objetivo es promover la protección de la salud de las personas y el medio ambiente mejorando la gestión de los residuos. Es así, como la valorización de los residuos de la industria agroalimentaria está alineada con estas nuevas políticas.
Consideremos los principales “desechos” de las industrias agroalimentarias en el sur de Chile: suero lácteo generado por la industria quesera, bagazo de cerveza y levadura de la fermentación provenientes de la industria cervecera, residuos cárnicos originados de la industria ganadera. Cada uno de estos “desechos” puede ser material de inicio para la generación de concentrados proteicos, prebióticos, biocombustibles, bioplásticos o diferentes biomoléculas.
Estas vías de inserción son un ejemplo de economía circular: se otorga valor agregado a lo que tradicionalmente se consideraría desechos a través del desarrollo de estos bioprocesos, provocando como consecuencia una reducción en el impacto ambiental por su generación. Todo esto conlleva a obtener un producto de valor a partir de materias que estarían al final de su vida útil.
Ahora podemos responder nuestra pregunta: la economía circular es la manera de dar vida y hacer florecer estos “desechos”. Su correcto desarrollo requiere la participación de cada eslabón de la cadena agroalimentaria, junto al respaldo de más políticas públicas.
La economía circular es un modelo de producción, valorización y reutilización que entrega nuevas oportunidades para innovar y emprender, abriendo caminos que antes no se vislumbraba recorrer.