Si bien la Universidad Austral de Chile celebra en junio el Mes del Medio Ambiente y destaca en esta oportunidad la importancia de la Naturaleza para la vida, para nuestra institución la preocupación por temáticas ambientales no es de un día o de un mes. Es una ocupación permanente y así se ha manifestado desde sus inicios, reflejándose incluso en el lema “Conocimiento y Naturaleza”. En esa línea, la UACh adhiere al concepto de Sustentabilidad de John Ehrenfeld, al entenderla como “una construcción colectiva mediante la cual la humanidad aspira a la posibilidad de que el ser humano y otras formas de vida, prosperen en el planeta de manera perpetua”. Quiero detenerme en la frase “y otras formas de vida”, pues precisamente conocer esa riqueza o biodiversidad es lo que podría ayudarnos a preservarla y salvar nuestro lugar en el mundo.
Soy una convencida de que los profesionales tenemos la doble responsabilidad en la crisis climática que estamos viviendo y en la pérdida de la diversidad biológica. Por una parte, son profesionales quienes toman las grandes decisiones, como construir un mega hotel en una reserva de manglares, talar bosques para la ganadería, inundar prístinos valles para una represa o construir una mina en un glaciar. Son personas que han pasado por la educación superior. Por otro lado, somos profesionales los llamados a enfrentar con soluciones integrales esta crisis urgente por el clima y la pérdida de la riqueza biológica.
La Sustentabilidad, como forma de educar a los nuevos profesionales, es un deber de las instituciones de educación superior. Es por ello que la UACh ha impulsado de manera sistemática acciones tendientes a conseguir una Universidad Sustentable. La Política de Sustentabilidad en 2016, la certificación del Acuerdo de Producción Limpia Campus Sustentable en 2017, la certificación del Sistema de Gestión Energética basado en la Norma ISO 50001:2018 en 2020, la participación destacada de nuestra institución en el Ranking Mundial de Universidades Sustentables Green Metrics (dos veces primera entre las IES chilenas), son hitos que dan cuenta de ello. A estos importantes avances, se suma el desafío permanente de formar integralmente a nuestros estudiantes, porque queremos que cuando sea su turno de tomar decisiones, éstas sean social y ambientalmente benignas, y no basadas sólo en criterios económicos, como ocurre en muchos casos. Decidir sólo basados en índices económicos, es una de las principales causas de la pérdida de la biodiversidad.
La biodiversidad es la gran riqueza que tenemos como humanidad, es el gran capital para enfrentar la crisis climática por cuanto el equilibrio depende de que se preserven todas las especies. Cada una tiene un lugar en la Naturaleza, las especies son codependientes, si una falta, se provocan serios desequilibrios. Todos hemos escuchado decir que la humanidad tendría sus días contados si faltaran las abejas, porque son agentes polinizadores y nos prestan el gran servicio de reproducir frutas y verduras, esenciales para los seres humanos y otros seres vivos. La naturaleza tiene un valor intrínseco y por supuesto no es un bien de consumo.
Conservar la biodiversidad está por sobre todo interés individual y económico; de ello depende nuestra supervivencia como especie. De allí la necesidad urgente de sustentabilizar la academia para construir un futuro posible.