– Premiado con numerosos galardones internacionales, sin duda este largometraje debe en buena medida el prestigio que lo precede al Gran Premio del Jurado otorgado en el último Festival de Cannes.
– La obra podría ser uno de los claros referentes cinematográficos actuales para ilustrar la famosa sentencia "»La venganza es un plato que se sirve bien frío"». Es, en efecto, una escabrosa y sofisticada puesta en práctica del odio y el rencor acumulados.
Este fin de semana (viernes 21, sábado 22 y domingo 23 de abril) el Cine Club de la Universidad Austral de Chile exhibirá la película «Old boy».
Se trata de un film que basa gran parte de su interés en preservar un enigma que no se despejan hasta el final, ofreciendo alguna que otra sorpresa adicional por el camino. Al comienzo, conocemos a Oh Dae-su ùnombre que significa, paradójicamente, algo así como "»llevarse bien con la gente"»ù, un hombre casado, padre de una niña, que ha sido retenido en una comisaría tras verse implicado en un incidente menor fruto del alcohol.
Después de ser recogido por un amigo, Dae-su desaparece en la calle y, cuando recupera el conocimiento, se encuentra confinado en una habitación incomunicada en la que permanecerá encerrado durante quince años ignorando quién y por qué razón ha sido secuestrado.
Una vez que sus captores le permitan recuperar la libertad, con la misma ausencia de explicaciones que ha recibido a lo largo de su cautiverio, Dae-su emprenderá una investigación personal para hallar a los responsables de su reclusión y ajustar las cuentas.
Propuesta Estética
Con «Old boy», Park Chang-wook no sólo ha realizado una película entretenida y envolvente, sino también una que logra resolver e integrar fílmicamente una serie de elementos técnicos, estéticos y narrativos con gran delicadeza y destreza.
La fotografía, con el uso del color y la luz busca formas que den cuenta de la crudeza de la imagen, del seudo barbarismo que se ha apoderado de Oh Dae-su entre su encierro y su sed de venganza y de la lógica entre Oh Dae-su y su enemigo. La fotografía se ve enormemente potenciada gracias a la dirección de arte del filme (a cargo de Seong-hie Ryu), donde son los recursos de cámara los que cuenta de las tensiones y emotividades de la película, y a una estrecha conexión con el audio.
Hay varios guiños a Kubrick en cuanto al uso de música, audio, imagen y violencia: Park Chan-wook profundiza en este campo generando una serie de subtextos que dialogan con la acción del filme. Enfatiza, contrasta, y sobre todo, equilibra distintos momentos según la intensidad de cada escena, en un delicado trabajo sonoro que funciona como una suerte de composición a varias voces entre audio directo, banda sonora, efectos y música intradiegética (de fondo).
Horarios Cine Club UACh: viernes a las 19:00; sábado y domingo a las 16:00 y 19:00 hrs.
Valor de las Entradas: los precios van desde los $1.000 para estudiantes, socios, tercera edad y Club de Lectores del El Mercurio; hasta los $1.500 para público en general.
Mayores Informaciones: Fonos: 63-221209/221961