Joaquin Andrés Soto Uribe se encuentra cursando el quinto y último año de Ingeniería Ambiental en la Universidad Austral de Chile, en la Sede Puerto Montt.
Hace pocas semanas sumó una nueva experiencia en su vida personal, académica y profesional, ya que participó de una expedición de 10 días a bordo del buque de la Armada de Chile AGS 61 Cabo de Hornos, que recorrió diferentes estaciones de muestreo ubicadas en el Parque Marino Francisco Coloane y la Reserva Nacional Kawésqar, en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena.
La experiencia se logró gracias a las gestiones del Dr. José Luis Iriarte, académico del Instituto de Acuicultura de la UACh, quien además de ser parte del proyecto “Floraciones Algales Nocivas en sistema de fiordos influenciados por glaciares – Patagonia en un escenario de Océano Cambiante (ICEFAN)”, cuyo objetivo principal fue estudiar las Floraciones Algales Nocivas (FANs), es el profesor patrocinante de la investigación final de título que Joaquín está realizando por estos días.
En el marco de la expedición, Joaquín Soto trabajó como colaborador del Dr. Jorge Mardones, investigador del Centro de Estudios de Algas Nocivas (CREAN) del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP).
La tarea principal que llevó a cabo se centró en el monitoreo de la abundancia de especies de fitoplancton en muestras de agua superficial de las diferentes estaciones de muestreo.
“Esto lo realicé a través de un microscopio de papel, el que es un proyecto socioambiental de ciencia ciudadana financiado por Google, cuyo objetivo es acercar la ciencia a la ciudadanía; este instrumento se asemeja a un microscopio tradicional”, indicó el estudiante.
Al ser consultado por lo más relevante de la expedición, el futuro ingeniero ambiental comentó que lo que más llamó su atención fue todo lo que conlleva una campaña de monitoreo de esta envergadura, además de las metodologías que existen para los muestreos, tanto para análisis de la columna de agua, sedimentos, fitoplancton o microplásticos.
“Lo que más me gustó de la experiencia fue el equipo interdisciplinario a bordo del buque, lo que me permitió conocer diferentes líneas de estudio”, añadió.
Sobre cómo se aplicará lo aprendido en la expedición en su futuro laboral, el universitario agregó que la Escuela de Ingeniería Ambiental de la UACh tiene diferentes enfoques, lo cual permite que durante sus estudios pueda aprender y conocer distintas áreas para elegir de forma informada el camino que las y los estudiantes desean recorrer una vez titulados.
“La importancia que tiene el comportamiento de los diferentes ecosistemas a un cambio de las variables ambientales producto de la intervención humana genera una necesidad en el rol de un ingeniero ambiental a solventar diferentes falencias. Este aporte se puede llevar a cabo a través de la investigación, como fue mi experiencia en la expedición a través del estrecho de Magallanes”, concluyó.