“Francisca Carrillo es el claro ejemplo del lugar que estamos empezando a ocupar las mujeres en la ciencia y en la investigación, sobre todo en un área como la física, que es de tanto interés en la actualidad”, señala la Directora de Relaciones Internacionales de la UACh, Dra. Maite Castro. La directiva se refiere a Francisca Carrillo, estudiante tesista de Licenciatura en Ciencias mención Física, quien en el primer semestre del presente año cursó algunos ramos en la Universidad de Leibniz, en Hannover (Alemania).
Francisca relata muy entusiasmada cómo partió su interés en la física: “Durante el segundo semestre del año 2017, tomé un curso llamado ‘Iniciación a la investigación’, donde pedí ayuda al profesor Francisco Correa para desarrollar mi tema, que explicaba uno de los teoremas más importantes, bellos y revolucionarios en el área de la física, el Teorema de Noether, propuesto por una mujer, Emmy Noether, de la cual pocos han escuchado. A partir de ese momento, comencé a interesarme en el área de la física matemática, por lo que decidí continuar trabajando con el profesor Correa, con quien tomé un par de ramos optativos durante todo el año 2018 para aprender sobre sistemas integrables”.
La estudiante forma parte del proyecto FONDECYT Nº117147 “New Approaches in Integrable Systems and Quantum Symmetries with Applications to Physics», en el marco del cual se organizó una pasantía para el primer semestre en la Universidad de Leibniz, donde trabaja el Dr. Olaf Lechtefeld, colaborador del Prof. Correa. “La idea era principalmente comenzar a trabajar en mi tema de tesis con Olaf, y aprovechar la oportunidad de tomar algunos cursos. Como el semestre pasado debía cursar Mecánica Cuántica II, en Alemania asistí a un curso de Teoría Cuántica Avanzada, para así luego homologarlo”.
Señala que llegó a Alemania en marzo, pero que como el semestre comienza en abril, durante ese mes tomó un curso intensivo de alemán, que estaba dirigido a estudiantes de intercambio de todo el mundo. Dice que allí tuvo la oportunidad de conocer a mucha gente maravillosa, aprender de su cultura, de sus tierras y su lenguaje.
Aprendizaje para toda la vida
Para la futura Licenciada en Ciencias, el aprendizaje se dio en todos los ámbitos. No se trataba sólo del aprendizaje académico, sino que era para toda la vida. “Aprendí mucho de mí misma, de la gente que me rodea, de mis cercanos y de quienes no conozco, aprendí a estar sola y a vivir la soledad. Es difícil estar al otro lado del mundo, lejos de las personas que quieres, más aún si te encuentras en un país totalmente desconocido y donde no hablas el idioma”.
Destaca que todos los cursos a los que asistió fueron impartidos en inglés, pero que esa dificultad es parte de la experiencia, y es la parte más enriquecedora, porque “te enseña que nadie más que tú va a luchar por tus metas y que es posible llegar lejos. Llegar a lugares donde todo funciona distinto y donde todo funciona”. Cuenta que en Alemania los estudios superiores son muy accesibles, las carreras universitarias son más cortas y sólo se paga una pequeño monto semestral, lo cual da acceso a transporte público gratuito. «En mi caso, por toda Baja Sajonia, lo que me permitió conocer también varias ciudades aledañas».
Expone que hay un enorme contraste entre Alemania y Chile, especialmente en lo que respecta a educación. Destaca que allá los estudiantes tienen una buena calidad de vida, la mayoría trabaja, pero no para pagar sus estudios o porque no les quede otra opción, sino porque les da el tiempo para hacerlo, y les pagan bien.
“Tienen tiempo, tienen oportunidades y tienen ánimo. No se les ve agotados, deprimidos, o ansiosos, como a un estudiante universitario en Chile, que si no tiene una buena situación económica, debe estudiar y trabajar para costear sus estudios y además poder vivir”, agrega.
Francisca Carrillo agradece la posibilidad que le dio el Prof. Correa, ya que en conjunto tuvieron que solicitar apoyo en varias instancias de la Universidad para recaudar fondos para el viaje, que costeó en base al proyecto FONDECYT, a una beca otorgada por la Universidad de Leibniz, y otra de la Unidad de Relaciones Internacionales de la UACh, además de algunos de los fondos recaudados en la casa de estudios y sus ahorros personales.
“Gracias a esto, logré vivir una de las experiencias más importantes de mi vida, donde logré crecer tanto como persona, como estudiante de física. Mi estadía en Alemania terminó a fines de agosto, y ahora de vuelta en Chile quedan las ganas de volver, pero por sobre todo de replicar día a día lo aprendido, de seguir aprendiendo y abrir paso a nuevos rumbos”, finaliza.