<p align="justify">El Profesor Ricardo Riegel quizás no imaginó que una práctica profesional durante su época de estudiante en la empresa de Semillas Baer (IX Región) del agricultor y genetista Erik von Baer, le ayudaría a estrechar lazos de tal manera que terminarían realizando proyectos en conjunto.<br /> <br />El Dr. Riegel, docente del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal y actual Prodecano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la <strong><a href="http://www.uach.cl">Universidad Austral de Chile</a></strong>, fue parte del equipo que trabajó en el proyecto “Invento-Baer e Impulso-Baer”, cuyo objetivo era obtener en breve tiempo nuevas variedades de trigo con tolerancia genética a herbicidas del grupo de las imidazolinonas (IMI, herbicidas que controlan totalmente las malezas, incluidas aquellas resistentes a otros herbicidas).</p><p align="justify">Se trata de la creación de dos variedades de trigo adaptadas a las condiciones climáticas chilenas; una para sembrar en invierno y otra para sembrar en primavera en la zona central. Ambas poseen óptimas cualidades agronómicas y además resisten la aplicación de los herbicidas totales mencionados.</p><p align="justify">El impacto productivo y económico que tienen estas semillas hizo que Revista del Campo del Mercurio, la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y Banco Estado, le otorgaron el Premio Nacional a la Innovación Agraria 2008.</p><p align="justify"><strong>EL Aporte de la UACh</strong></p><p align="justify">Como la empresa no poseía las capacidades para efectuar un trabajo genético tan preciso y rápido, realizó un convenio con la Universidad Austral de Chile, bajo la responsabilidad del Dr. Riegel, quien junto a su equipo, efectuó la detección molecular de los genes de resistencia a herbicida en el Laboratorio de Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UACh.</p><p align="justify">“En este caso lo que hicimos fue la transferencia de tecnología, porque las técnicas se desarrollaron en el extranjero. El trabajo nuestro fue identificar los genes que eran de interés para el mejorador con herramientas moleculares. Significa que el mejorador nos envía algunas plantas de trigo y acá le decíamos en este trigo está el gen que le interesa en este no”, explica el académico.</p><p align="justify">“Nosotros vamos directamente a la secuencia de ADN y en ese nivel podemos determinar si está la variante genética que interesa a la empresa. Usamos para eso herramientas biotecnológicas y la técnica en sí son los marcadores moleculares”, indica el Dr. Riegel.</p><p align="justify">A través de un proceso de fitomejoramiento convencional combinado con las tecnologías con que cuenta este laboratorio, pudieron desarrollar en poco tiempo (2004- 2008), sin usar transgenia, las semillas de trigo resistente a herbicidas IMI.</p><p align="justify">Las variedades de trigo, portadoras de los genes de interés, habían sido desarrolladas en el extranjero y “lo que hicimos fue a partir de ellas elaborar una variedad propia”, señala el Prof.</p><p align="justify">Destaca que el trabajo realizado con la empresa de semillas es una muestra concreta de “cómo se puede complementar la investigación de la universidad con las necesidades de la empresa privada”.</p><p align="justify">Agrega también que esto demuestra que la Facultad de Ciencias Agrarias está haciendo un aporte concreto a la agricultura, permitiendo que empresas incorporen tecnologías que no podrían hacerlo de otra forma.</p><p align="justify">“Esto es un producto concreto que se registró, que pasó por el chequeo de nuestro laboratorio y que tiene el visto bueno. En este sentido, creo que como Facultad tenemos una responsabilidad adicional, que es hacer ciencia de modo de aplicar nuestros logros en beneficio para la agricultura chilena”, puntualiza el investigador.</p><p align="justify"><strong>Beneficios para la Agricultura</strong></p><p align="justify">En el proyecto “Invento-Baer e Impulso-Baer”, se especifica que la creación de estas variedades de semillas, proporciona una ventaja posible de ser aplicada desde la VII a la X Región.</p><p align="justify">Además la nueva estrategia de mejoramiento aplicada y la vinculación empresa-universidad también ha contribuido a desarrollar capacidades técnicas y de recursos humanos con la finalidad de impulsar productos innovadores.</p><p align="justify">Para los agricultores, aparte de significar un aumento sustantivo en sus ingresos, les ayudará a producir con un paquete tecnológico innovador que les otorga una mayor seguridad, con menores riesgos de pérdidas en su producción.</p><p align="justify">El uso responsable de este paquete tecnológico les permitirá seguir desarrollando el rubro cerealero en zonas con problemas de malezas resistentes a otros herbicidas, conservando su fuente de ingresos y manteniendo la fuerza laboral que ellos emplean.</p><p align="justify">A valores actuales, implica que solo en este primer año, en el que más de 50 productores están cultivando una superficie de estas variedades por sobre las mil 500 hectáreas, se estima que el mayor retorno para ellos bordeará los $420 millones de pesos. <br /><br />Según el estudio, las proyecciones es que al tercer año se cultiven 10.000 hectáreas de los trigos Invento-Baer e Impulso-Baer, lo que supondría mayores ingresos para los productores de $2.800 millones de pesos. </p>