<p align="justify">Como sorprendentes define el Dr. Humberto González, académico del <a href="http://www.ciencias.uach.cl/instituto/biologia_marina/index.htm">Instituto de Biología Marina</a>, <a href="http://www.ciencias.uach.cl/">Facultad de Ciencias</a> de la <a href="http://www.uach.cl/">Universidad Austral de Chile</a>, los resultados que arrojó la expedición a la Antártica, realizada entre enero y marzo, por un grupo de científicos de siete países diferentes, procedentes de tres continentes, donde él participó en representación de la UACh. Los investigadores retornan a casa, luego de dos meses y medio a bordo del B/C "Polarstern" en la región entre 40-50º del Atlántico SW, conocida por ser un área de paso de frentes de mal tiempo, donde desarrollaron el experimento de fertilización con hierro denominado <strong>Lohafex</strong>.</p><p align="justify">Ya en Valdivia, el Dr. González explicó que el trabajo consistió en fertilizar un parche de 300 km<sup>2</sup> al interior de un remolino -columna de agua que gira en sentido de las agujas de un reloj con un diámetro de 100 km- con 4 toneladas de hierro disuelto. "Monitoreamos durante 39 días los efectos de la adición de hierro sobre el plancton y sobre la química del océano, incluyendo las concentraciones de dióxido de carbono y otros gases. De esta forma, logramos obtener sorprendentes resultados acerca del funcionamiento del ecosistema, desvirtuando las propuestas sobre el potencial uso de la Antártica de secuestrar significativas cantidades de dióxido de carbono desde la atmósfera y, por tanto, de ayudar a mitigar el calentamiento global.</p><p align="justify"><strong>Respuesta del Plancton</strong></p><p align="justify">Indica que como se esperaba, la adición de hierro estimuló el crecimiento de microalgas (fitoplancton) las que doblaron su biomasa dentro de las primeras dos semanas, incorporando CO<sub>2</sub> desde al agua. Sin embargo, contrario a lo esperado, el crecimiento posterior del bloom de fitoplancton fue detenido por una muy fuerte presión de pastoreo de abundantes pequeños crustáceos que forman parte del zooplancton (copépodos), después de lo que el sistema siguió funcionando basado en un modo de eficiente reciclamiento. </p><p align="justify">"La incorporación posterior de CO<sub>2</sub> declinó y solo una modesta cantidad de carbono se secuestró desde la zona superior del océano al final del experimento. Por tanto, la transferencia de CO<sub>2</sub> desde la atmósfera al océano, para compensar el déficit causado por el bloom generado por Lohafex, fue más pequeña comparada con experiencias previas", señala el investigador UACh. Agrega que "por tanto, un resultado muy importante fue que otros grupos de microalgas, aunque estimuladas por la fertilización por hierro, fueron incapaces de producir blooms equivalentes a los producidos por un grupo de algas conocidas como diatomeas. </p><p align="justify"><strong>Predadores Anfípodos </strong></p><p align="justify">El jefe científico, Prof. V. Smetacek del Instituto Alfred Wegener para Investigaciones Polares y Marinas (AWI), expresó que "para nuestra sorpresa, el parche fertilizado con hierro atrajo a un gran número de predadores del zooplancton pertenecientes al grupo conocido como anfípodos". Estos crustáceos de entre dos y tres cm de largo, depredan indiscriminadamente sobre otros zooplancteres como copépodos, pero también sobre organismos mucho más grandes que ellos mismos, tales como salpas y quetognatos". </p><p align="justify">La especie dominante (<em>Themisto gaudichaudii</em>) es el principal alimento de calamares y rorcual común o ballena de aleta en el Atlántico sur-occidental, por lo que este resultado es de particular interés, debido a que la biomasa de anfípodos en el parche fue similar a la del krill de aguas productivas de más al sur. "En efecto, antes de la reducción de las poblaciones de grandes ballenas en los años 60, había más ballenas de aleta alimentándose de anfípodos en la zona norte de la Antártica, que ballenas azules alimentándose de krill en la zona sur. Así, Lohafex entrega resultados novedosos sobre la ecología de estas poco estudiadas especies claves para el funcionamiento de los sistemas.</p><p align="justify">"Una segunda fertilización del parche, después de tres semanas, no tuvo posteriores efectos sobre el fitoplancton, indicando que el sistema estaba saturado de hierro. Al respecto, microbiólogos del Instituto Max Planck de Bremen, Alemania, señalaron que la comunidad de bacterias, tanto dentro como fuera del parche fertilizado, fue similar y sus abundancias permanecieron inusualmente bajas a través del estudio. Esto significa que principalmente el reciclamiento de los nutrientes (incluido el hierro) fue llevado a cabo por el zooplancton, resultado sorprendente porque la trama trófica microbiana, basada en bacterias, es considerada como la base del reciclamiento en ecosistemas planctónicos".</p><p align="justify">Concentraciones de gases diferentes al CO<sub>2</sub> producida por el plancton, algunos de los cuales son potentes gases invernadero, tales como el óxido nitroso y metano y otros como hidrocarbones halogenados que contribuyen a la destrucción de ozono atmosférico, no cambiaron o incrementaron ligeramente en el parche. "Al final del experimento, las concentraciones de clorofila comenzaron a declinar y el parche se mezcló con aguas circundantes dejando nada más que anfípodos bien alimentados, que probablemente se dispersarán para buscar alimento en aguas menos productivas", puntualizó.</p>