En esta cita, Eduardo Galeano se refiere a la visión maya, en la cual el saludo “In Lak’esh” (“yo soy otro tú”), es respondido por “Hala ken” (“tú eres otro yo”). La capacidad de ponernos en el lugar de otro ser, en occidente conceptualizado a través de la palabra “empatía”, es esencial en estos momentos de la humanidad (y siempre) de manera de poder colaborar y apoyarnos unas/os a otras/as. En este sentido, la comunidad cobra más sentido que nunca y debemos entender que no existimos separadas/os de otras/os, sino que somos parte de lo mismo.
Nelson Mandela, refiriéndose al concepto africano “ubuntu”, reflexionaba en torno a la siguiente pregunta: “¿Harás algo para que la comunidad que te rodea, mejore?”. En el buen trato tenemos la posibilidad de colaborar para que estemos todas y todos mejor en el difícil contexto actual. Ponernos en el lugar de la otra persona es un ejercicio que deberíamos practicar constantemente y que, inevitablemente, nos lleva a actuar hacia la otra/el otro de una manera más amable y compasiva. En este contexto, debemos entender que todas y todos estamos haciendo lo posible por llegar a las mismas metas: alcanzar la felicidad y evitar el sufrimiento. El Dalai Lama habla de estos objetivos comunes al referirse a la compasión. La compasión, sentimiento relacionado a la empatía, no es sentir “lástima” por otra persona, sino entender que ella busca el mismo bienestar que cada una/o de nosotras/os busca.
Integrar los conceptos de empatía, compasión y colaboración en nuestras vidas cotidianas puede convertirnos en personas más felices y plenas al comprender que no podemos alcanzar el bienestar de manera individual.