Anoche, el ciclo de la vida se desplegó en todo su esplendor ante un Teatro del Lago repleto, durante un conmovedor concierto de la Orquesta de Cámara de Chile, como parte de las Semanas Musicales de Frutillar. Bajo la dirección de su director titular, Emmanuel Siffert, la orquesta presentó un programa variado y fascinante con algo para todos, logrando conectar tanto con las sensibilidades locales como resonar con el gusto cosmopolita e internacional.
Después de los saludos habituales y algunas palabras informales de la subsecretaria de las Culturas y las Artes, Noela Salas Sharim, la orquesta inició la velada con una interpretación impromptu de la Pavane de Gabriel Fauré, rindiendo un emotivo homenaje a su recientemente fallecido clarinetista, José Chacana Véliz, cuya presencia fue simbolizada durante el concierto por una vela que permaneció encendida en el escenario toda la noche. Aunque era evidente que la orquesta aún se estaba calentando, la emoción del momento era palpable y el gesto conmovedor.
La suite «Yin Yin» del compositor y cornista penquista Jaime Cofré, compuesta en 2007, fue la primera pieza oficial en el programa. La ejecución fue admirablemente precisa y exacta, mucho más de lo que es típico en la música nueva. La música en sí variaba en tiempo y estilo, empleando un idioma tonal que a veces emulaba la música de bandas sonoras de películas de la mejor manera, con momentos dramáticos efectivos, destacando especialmente los pesados acordes menores del tercer movimiento, «Tu muerte». El segundo movimiento también era sinuoso y expresivo. Para este redactor, fue tremendamente refrescante escuchar una pieza extendida de música nueva, y por eso agradecemos a la orquesta y al maestro Siffert.
A continuación, se presentó el Concierto para violín de Felix Mendelssohn, Op.64, una elección acertada en el programa, en parte como homenaje a los colonos alemanes de nuestra región, para quienes la música de Mendelssohn era bien conocida, pero sobre todo por su memorable interpretación, sin partitura, a cargo del talento local de la Región de Los Lagos, Patricio Velásquez. Hijo del conocido y respetado profesor de música Puertomontino, Patricio Velásquez Sr., la interpretación de Patricio de este concierto romántico fue admirablemente serena y técnicamente sólida, sin gestos extremos, y equilibrada. La interpretación fue recibida con un entusiasmo extático por el público, y después de tres reverencias, el Sr. Velásquez interpretó el «Largo» de la 3ª sonata en sol mayor de JS Bach en un bis bienvenido que parecía natural para la disposición artística del Sr. Velásquez.
No todos los conciertos ofrecen música clásica nueva. Sin embargo, después de un intermedio, la orquesta concluyó con una joya poco conocida del compositor español Juan Crisóstomo Arriaga. Fallecido en 1806 a la edad de 19 años, la obra del joven compositor era brillante e inspirada, llena de giros ingeniosos. Aquí, la orquesta entró en «la zona», tocando de manera excelente, con cada detalle de la textura ligera y ágil de la música brillando en todo su esplendor.
El concierto fue seguido por varios minutos de aplausos sinceros y bien merecidos.