Manejar racionalmente la fertilización para arándanos, adaptándola tecnología actualmente utilizada a las condiciones de los suelos volcánicos del sur, es el propósito de una iniciativa cofinanciada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), perteneciente al Ministerio de Agricultura.
El proyecto «Servicio de diagnóstico y control de la fertilización en arándanos cultivados en suelos volcánicos del Sur de Chile» es desarrollado por un equipo técnico del Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Austral de Chile (UACh) desde el 2009, junto a 12 productores de las regiones de Los Ríos y de Los Lagos.
La iniciativa tiene un valor total de $276.685.211, monto en el que FIA aportó un 49,31%.
Si bien Chile es el principal productor de arándanos del hemisferio sur, los agricultores utilizan tecnologías de producción y diagnóstico nutricional creadas en Estados Unidos, lejanas a las características de clima y suelos del sur del país.
El Director del proyecto, Dante Pinochet, señaló que «cultivar arándanos en suelos volcánicos en el país implica tener como objetivo claro la calidad de la fruta obtenida en cada temporada. Esto porque el producto debe llegar en óptimas condiciones a destinos como Estados Unidos, Europa y ahora China».
Por lo tanto, agregó, «se debe considerar la producción de arándanos como un manejo integrado del punto de vista de la nutrición de las plantas, el manejo postcosecha de la fruta, y parámetros claros para un buen control de calidad».
Los problemas que acentúan los bajos rendimientos y malas calidades de fruta, en muchos de los casos, tienen directa relación con la cantidad y calidad deficiente de la información disponible. Ello origina diagnósticos deficientes, manejos mal orientados y poco efectivos en los huertos.
Los investigadores han detectado que un productor de arándano puede perder hasta un 30% de la cosecha de una temporada y es común una pérdida del 10%, en promedio, en fruta de baja calidad debido a una deficiente nutrición del cultivo.
Se estima que las pérdidas oscilan, por temporada, entre US$ 3.500 a US$ 10.000 por hectárea.
En este contexto, el objetivo del proyecto es crear un servicio para precisar y controlar la fertilización en arándanos cultivados en suelos volcánicos del sur. Ello permitirá determinar y aplicar estrategias nutricionales óptimas a nivel técnico, económico y medioambiental.
El ejecutivo de innovación de FIA y supervisor del proyecto, René Martorell, señaló que la determinación de los niveles críticos de los nutrientes en el suelo y los estándares foliares para la condición de la zona sur de Chile, realizarán un aporte significativo al mejoramiento de la competitividad del cultivo del arándano, ya que resultarán en una disminución de costos de producción y en un incremento de la productividad y calidad de la fruta.