Con un grupo de estudiantes motivados por todo lo que conocieron y pueden llegar a hacer con la chatarra electrónica, ayer cerró el proyecto “Electrónica Reconectada: de la basura a la sala de clases”, que lideró la Unidad de Gestión Ambiental con financiamiento de la Dirección de Vinculación con el Medio de la UACh.
Actividades como visitar la Unidad de Manejo Integral de Residuos (MIR) UACh y el Laboratorio Leufulab, y participar con un módulo de reparación en el cierre de la campaña de recolección de chatarra electrónica, aproximaron a los participantes al grave problema que generan las enormes cantidades de artefactos electrónicos que terminan como basura en los vertederos.
Al mismo tiempo, la iniciativa, que favoreció a escolares de 7° y 8° básico del Instituto Educacional Collico, permitió que exploren algunas formas prácticas de enfrentar el problema de la chatarra electrónica, mediante talleres de reparación. “Creo que a los más entusiastas ya les quedó el bichito, lograron perder el miedo a trabajar con artefactos y herramientas”, dijo Benjamín Carirriry, ingeniero electrónico que dirigió las clases.
“Aprendí a hacer muchos tipos de circuitos y a cómo hacer funcionar unos vibradores. Es muy importante ver cómo están posicionados los cables en un circuito, porque un pequeño cable que esté suelto, arruina todo”, comentó Martín Reyes, de 7° básico.
“Cosas que supuestamente están malas, no siempre lo están, porque ahora las podemos revisar y arreglar. Aprendí varias cosas como usar el multitester y hacer circuitos más o menos complejos”, dijo Carlos Morales, de 7° básico.
Aletia Alvarez Delgado, profesora del colegio valoró la oportunidad que tuvieron sus alumnos de conocer cómo disminuir la basura electrónica y a la vez intervenir en un proceso de reutilización. “Es bueno porque se aprovecha un producto de principio a fin”, dijo, refiriéndose a los conocimientos que internalizaron, junto con agradecer la disposición de los monitores.
“Fue una interesante experiencia, nos faltó tiempo para hacer todo lo queríamos inicialmente. A pesar de eso, lo importante es que cumplimos con promover en los niños el interés por el origen del problema y el impacto ambiental de los residuos electrónicos”, dijo María Ema Hermosilla, Jefa de la Unidad de Gestión Ambiental.
“Creo que instalamos muchas inquietudes, hay competencias que no se alcanzaron a desarrollar, pero sí se sembró el primer germen. Aprendieron a ocupar herramientas básicas y a hacer algunos diagnósticos en lo que se refiere a objetivos de reparación”, señaló Benjamín Carirriry junto con reconocer que los (as) niños (as) estaban ya sensibilizados y entendían más de lo que pensaban en torno a la basura electrónica y la obsolescencia programada.
“Metieron mucho las manos y fue muy importante el nivel de compromiso con el que trabajaron los dos días del cierre de la campaña R-Conéctate”, agregó.