El Ministerio de Salud decretó el jueves 9 de noviembre alerta sanitaria en las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos luego de que se consignara un brote de la Fiebre Q, afectando en ese momento a 59 personas. La fiebre se puede transmitir de animales a humanos o incluso entre personas mediante la bacteria Coxiella burnetii. Ante esta situación la Red Zoonosis emitió el siguiente comunicado:
Esta enfermedad corresponde a una zoonosis febril aguda, a veces crónica, que se ha mantenido como un peligro ocupacional entre trabajadores de explotaciones animales, mataderos e investigadores en ciencia animal, quienes la adquieren de los reservorios animales.
* En la actualidad muchos países la consideran una zoonosis re-emergente.
* Coxiella burnetti, el agente etiológico, tiene un amplio rango de hospederos animales, tanto domésticos como silvestres.
* El microorganismo es resistente a las condiciones ambientales y se disemina por aerosoles contaminados. Los seres humanos pueden infectarse principalmente por la vía aérea y por contacto directo con secreciones o excreciones de animales diseminadores, principalmente rumiantes domésticos.
* La infección en los animales domésticos es generalmente asintomática. En rumiantes, los signos clínicos más comunes son metritis, aborto al final de la gestación, mortinatos y nacimiento de crías débiles.
* Desde un animal infectado, la eliminación al medio ambiente se produce principalmente al momento del parto o aborto, a través de la placenta y fluidos en que existe una alta concentración de la bacteria. Sin embargo, otras vías de diseminación también son relevantes en la epidemiología de la infección, tales como las secreciones vaginales, la leche, y en menor medida la orina y las heces.
* La transmisión directa de persona a persona es muy rara, pero se han descrito casos de transmisión por:
* Contacto cercano con una persona con neumonía.
* Contacto cercano con una persona con neumonía.
* Por contacto con ropa de trabajo perteneciente a otra persona, posiblemente contaminada con tejidos, fluidos o heces de animales infectados.
* En personal de salud por contacto con pacientes afectados, por la asistencia al parto de mujeres infectadas, o por la necropsia de cadáveres contaminados.
* Vía transplacentaria, por infección congénita del feto durante el embarazo.
* También se ha visto que existe la transmisión sexual y a través de transplantes o tranfusiones sanguíneas.
La enfermedad en las personas causa manifestaciones clínicas muy variables, que van desde infecciones agudas a estados crónicos fatales. Sin embargo, un 60% de las infecciones son asintomáticas. La forma aguda desarrolla signos de neumonía, hepatitis o bien un síndrome gripal que incluye fiebre, dolores musculares, mialgias, sudoración profusa y náusea. Los síntomas se extienden por un período de 1 a 3 semanas aproximadamente, aunque con algunos pacientes la fiebre puede persistir por más tiempo. La mayoría de los casos se recuperan satisfactoriamente y se establece una inmunidad sólida. En el embarazo, burnetii se ha asociado al aborto, al nacimiento prematuro y al bajo peso en los recién nacidos.
Medidas de bioseguridad para evitar la zoonosis
* Gestión de maternidades en las granjas de animales: espacios delimitados, sometidos a limpieza y desinfección diaria, con personal destinado especialmente al manejo de estas instalaciones. Evitar el ingreso de otros animales como gatos, perros o aves, los que pueden también infectarse y diseminar el agente.
* Uso de implementos de protección personal, especialmente en atención de partos y/o abortos: lentes de seguridad, mascarillas, guantes, botas, delantal u overol.
* La ropa de trabajo utilizada en atención de partos y/o abortos debe ser manipulada con precaución, siendo lavada en las mismas instalaciones prediales. Idealmente utilizar delantales desechables.
* El material desechable debe ser eliminado en recipientes cerrados destinados con tal fin, y esterilizados por autoclave o incineración.
* No consumir leche cruda.
Este documento fue preparado y revisado por Patricio Retamal, Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Universidad de Chile; Pedro Ábalos, Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Universidad de Chile; y María José Navarrete, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad Austral de Chile.