Un proyecto conjunto entre la Universidad de Aysén, Universidad Austral de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, busca generar redes internacionales con el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) y la Universidad de Barcelona en España. El conocimiento y experiencias alcanzadas en ambos países respecto a la respuesta fisiológica de las especies, como su capacidad de resiliencia frente la sequía y los incendios, ayudará a tomar estrategias adecuadas y definir un diseño de paisajes resilientes.
Con este objetivo y gracias al proyecto FOVI 220065 “Sequías e incendios: comprensión de los impactos y resiliencia de los ecosistemas mediterráneos”, es que un equipo de académicos compuesto por su directora y académica de la U. de Aysén, la Dra. Rocío Urrutia, los co-investigadores Dres. Carlos Zamorano (de la misma casa de estudios), Mauro González, de la Universidad Austral de Chile, y Ariel Muñoz, de la Universidad Católica de Valparaíso, se trasladaron hasta España para formalizar un vínculo que potencie el conocimiento en este ámbito.
Es así como en la ciudad de Valencia se reunieron con los investigadores del CEAM José Antonio Allosa, Alberto Vilagrosa, Luna Morcillo y Víctor Santana; y en Barcelona, con Beatriz Duguy y Ramón Vallejos, ambos de la Universidad de Barcelona.
En Valencia, una herramienta que pudieron conocer directamente en terreno con la visita a bosques recientemente quemados, y que llamó especialmente la atención del Dr. Mauro González, fue la plataforma Post Fire.
“Esta herramienta es de gran ayuda para la gestión de áreas quemadas ya que permite a través de criterios y una metodología estandarizada realizar un diagnóstico rápido sobre qué acciones tomar luego de ocurrido un gran incendio. Está orientado a evaluar el impacto ecológico de manera de evitar la pérdida de suelo y potenciar la recuperación del área quemada. Es un tema que a nosotros nos interesa establecer en Chile a través principalmente de la institucionalidad pública para que cuenten con una plataforma online de largo plazo que permita evaluar, por un lado, el comportamiento e impacto de los grandes incendios y por otro, realizar el monitoreo y evaluación de las gestiones postfuego ”, afirmó el académico de la UACh, quien además es Director del Núcleo FireSES e investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2.
En la ciudad de Barcelona, en tanto, visitaron una zona a los pies de las montañas de Monserrrat impactada por sucesivos incendios en los últimos 40 años, donde se ha realizado un importante trabajo con los propietarios rurales por parte de la agencia de prevención de incendios de Barcelona. De esta forma, ambas visitas a terreno permitieron que los investigadores chilenos conocieran directamente las problemáticas de los territorios y cómo España gestiona ese paisaje propenso a incendios.
Para la directora del proyecto, “esta colaboración internacional nos está permitiendo adquirir nuevos conocimientos acerca de cómo evaluar los efectos de las sequías e incendios en nuestros bosques esclerófilos, además de conocer modelos de gestión que pueden ser adaptados a la realidad chilena para la prevención de incendios y el manejo y restauración después de estos eventos. Por otra parte, nos está permitiendo avanzar en el conocimiento de los cambios fisiológicos que están experimentando estos bosques mediterráneos en los últimos años, lo que nos permitirá evaluar su resiliencia ante la megasequía que afecta el centro-sur de Chile”, explicó la Dr. Urrutia.
El Dr. González indicó que los puntos en común con España en este ámbito son diversos, en especial en cuanto al origen de los incendios, que mayoritariamente es por acción antrópica, y la alta carga de combustible, que en este caso particular es producto de una política de plantaciones realizadas en las décadas de los 1950-1960, que actualmente se encuentran sin la adecuada gestión y manejo.
El bosque esclerófilo en Chile
El Dr. Mauro González explicó que esta prolongada megasequía ha causado secamiento y mortalidad en muchos sectores dentro de la distribución de los bosques mediterráneos.
“No solo son impactados por la falta de precipitaciones sino también por el cambio de uso de suelo y por los incendios, los que se han visto incrementados en frecuencia y severidad debido al cambio climático”, señaló el Dr. González.
De acuerdo a cifras de CONAF, durante el año 2022 más de 2.500 hectáreas fueron consumidas en la zona central.
Cabe mencionar que este proyecto tiene una duración de un año. Sin embargo, la idea es que estos lazos fructifiquen y se logre establecer una sólida colaboración futura a través de la adjudicación de nuevos fondos. Para el mes de noviembre se espera la visita de los investigadores españoles que participarán de un seminario que organizaremos conjuntamente sobre estas líneas de investigación.