La urgencia global por asegurar el suministro de agua y alimentos, junto con detener el cambio climático y las pérdidas en biodiversidad, ha sido respondido desde la ONU con la declaración de la década de la restauración de ecosistemas y paisajes (2020-2030). El Estado de Chile ha respondido a dicho llamado, desarrollando una hoja de ruta para incrementar la restauración de los ecosistemas degradados por medio del Plan Nacional a Escala de Paisaje.
*Leer columna en Diario Austral Valdivia.
El plan contempla la restauración de un millón de hectáreas de bosque nativo en el territorio nacional de Chile hasta el año 2030. Esta ambiciosa meta está siendo implementada por instituciones públicas como CONAF, quienes actualmente se encuentran desarrollando programas como el Plan Nacional de Restauración de Bosques Nativos a Gran Escala. Estos planes proyectan la generación directa e indirecta de empleos, y la intervención con acciones, como la reforestación, en diversos predios de propietarios rurales y pueblos originarios. Sin embargo, el desafío de la restauración ecológica debe ir más allá. La restauración ecológica ha sido definida por la Sociedad (mundial) para la Restauración Ecológica (SER) como el proceso de ayudar al restablecimiento de un ecosistema que se ha degradado, dañado o destruido, a través de detener las amenazas y recuperar las funciones de los ecosistemas. Para ello, se hace necesario un enfoque ecosistémico y socioecológico, que permita avanzar en dicho restablecimiento con proyecciones a largo plazo.
El diseño y ejecución de un plan de restauración amerita el comprender el sistema ecológico y social afectado, así como desarrollar un proceso conjunto con los actores claves de los territorios. En diez años, no es posible desarrollar el plan y evidenciar los resultados. Es por ello que se hace urgente dar continuidad a las políticas que promueven la restauración ecológica, e incluso comenzar a transformar la política medio ambiental del país situándola de forma transversal en todo que hacer.
El llamado de la ONU y de miles de grupos expertos, organizaciones sociales y las comunidades humanas a lo largo del mundo, da cuenta de un diagnóstico común: la urgencia no es solo detener las amenazas sobre los ecosistemas, es además restaurarlos para asegurar un buen vivir hoy y para las generaciones futuras. En el día internacional de los bosques, se escucha fuerte el mensaje de la restauración ecológica, lo que requiere de esfuerzos mancomunados para el cuidado de los bosques y toda la vida que de ellos depende.