La kinesiología, como cualquier disciplina avanza vertiginosamente en pos de un estatus que busca seguir consolidando un cuerpo de conocimiento que aporte a mejorar la calidad de vida de las personas y la comunidad. Recordar la kinesiología de antaño, de hace veinte o más años, nos empodera del camino recorrido y los logros que en estos días visualizamos por el esfuerzo de universidades, sociedades científicas y del gremio.
La existencia de la Universidad, como ente complejo, es una fórmula enriquecedora de sentido crítico de las realidades. Nos llama a reflexionar sobre nuestro actuar diario e incentivar la búsqueda de nuevos conocimientos en la disciplina.
En ese sentido, hace un tiempo, el rol del kinesiólogo y su terapéutica estaba relegado a ciertos campos asociados preferentemente a las ciencias de la salud, era de uso frecuente en hospitales y consultorios, participando con el equipo de salud, pero en áreas bien definidas como la neurorrehabilitación, traumatología y respiratorio, infantil y adulto. Hoy, si bien sigue actuando en esos ámbitos, está revitalizada, buscando nuevos horizontes, desde la promoción y prevención hasta la rehabilitación.
La kinesiología se encuentra en áreas de emergencia, a nivel de las ciencias de la salud, se encuentra muy activa en unidades de cuidados intensivos, cirugía, oncología, nefrología, geriatría, ergonomía, piso pélvico, dermatofuncional, entre otras.
Además, con la capacidad de estar en otros ámbitos como lo es la educación, en programas de integración educativa; en gestión a través de la inclusión del kinesiólogo en la toma de decisiones de centros de salud y de diseñar e implementar proyectos comunitarios o de carácter individual; en investigación, a través del trabajo de registro y difusión del mismo actuar kinesiológico, dadas las competencias que hoy en día se imparten en las universidades y de la formación hacia el perfeccionamiento continuo a través de magísteres y doctorados.
La labor es ardua, cada kinesióloga o kinesiólogo que abrigue la esperanza de seguir avanzando en radicalizar la kinesiología a favor de la comunidad y su calidad de vida debe favorecer a que la disciplina tenga más notoriedad y sea fundamental en la salud de nuestro país.