* El ruido altera la concentración, la productividad laboral e intelectual, el descanso y, en altas dosis, produce lesiones auditivas irreparables.
La audición es la vía habitual a través de la cual el ser humano adquiere el lenguaje, uno de sus más importantes atributos y que posibilita la comunicación entre las personas y su participación decisiva en el desarrollo de la sociedad y sus numerosas culturas. Sin embargo, como expresa Jorge Cárdenas, académico del Instituto de Acústica de la Universidad Austral de Chile «a pesar que nuestro sistema auditivo ha evolucionado para adaptarse a los sonidos propios de la naturaleza y la civilización, éste no está preparado para soportar los altos niveles sonoros generados por nuestra actual æcultura tecnológicaÆ que muchas veces supera los 85 decibeles, que corresponden más o menos al ruido generado por un camión con motor petrolero, secador de pelo, ruido de tráfico etc., y cuya exposición prolongada puede producir daños en el aparato auditivo.
Pero, +cuál es la diferencia entre ruido y sonido? Cuando percibimos un sonido excesivo, desagradable, imprevisto o que simplemente interrumpe nuestra actividad y nos produce algún tipo de molestia, entonces el sonido se convierte en ruido. Para el Prof. Jorge Cárdenas, el ruido en un contexto medioambiental se puede definir como «cualquier sonido no deseado».
Ruido: Un Contaminante Habitual
El ruido es un agente siempre presente y que aparenta ser el más inofensivo de los factores contaminantes, puesto que, es percibido fundamentalmente por un solo sentido, el oído, y ocasionalmente, en presencia de grandes niveles de presión sonora, por el tacto (percepción de vibraciones).
Que el ruido produzca daño o no, dependerá del volumen, del tono y de la cantidad de tiempo que la persona esté expuesta al sonido. Dicho de otro modo, entre más intenso sea un ruido más corto será el tiempo de exposición antes de que ocurra el deterioro del aparato auditivo.
+Cómo saber -entonces- cuándo los oídos se están dañando? Cuando la lesión del oído interno es leve -comenta el Dr. Luis Vásquez-, encargado del Curso de Pregrado de Otorrinolaringología de la Facultad de Medicina de la UACh, el síntoma se presenta como un ligero zumbido. Cuando la persona debe gritar sobre el ruido de fondo para hacerse oír, el deterioro en la audición va en aumento, pero si la disminución de la audición es significativa y el paciente necesita compensar su deficiencia con audífonos, el daño ya es irreversible. Para ejemplificar lo anterior, el Dr. Vásquez señala que, «ocho horas diarias de exposición a un ruido de 85 dB, con el tiempo dañará la audición. Mientras que al escuchar música en walkman a 110 dB; ir a un concierto de rock con 120 dB o escuchar el disparo de un revólver que puede llegar a 140 dB, la audición se dañará a corto plazo».
Pérdida Auditiva: La Otra Cara de la Música
El número de personas en el mundo con pérdida auditiva crece. Eso es lo que afirma un reportaje publicado en la Revista Rock and Roll en su edición de enero de 2006, donde aparecen estudios realizados por el Instituto Nacional de la Sordera de Estados Unidos que indican que más de 28 millones de sus habitantes padecen algún grado de pérdida auditiva, cifra que se duplicaría hacia el año 2030.
+Las razones? La masificación del consumo y uso de adminículos digitales como el iPOd, auriculares de reproductor de CDs o MP3, exposición a conciertos de rock, entre otros. Según estas investigaciones cuanto más cerca del tímpano, más alto es el nivel de sonido que los sistemas que utilizan auriculares internos son capaces de producir. Estos estudios afirman igualmente que se puede escuchar música en un reproductor con auriculares externos sin riesgos hasta un poco más de la mitad del volumen máximo del aparato durante una hora al día. Con los auriculares internos, el tiempo aceptable de exposición es de alrededor de 30 minutos.
Gracias a la medición de sonido que realizó el Prof. Jorge Cárdenas, académico del Instituto de Acústica, durante el concierto ofrecido recientemente por la banda musical argentina Bersuit Vergarabat, y que tuvo lugar en el Coliseo Municipal de Valdivia fue posible conocer los altos niveles de ruido a los que nos exponemos esporádicamente.
Según el docente el promedio de niveles a los que estuvieron sometidos los espectadores del evento fue de 102 dB en las casi 3 horas y media que duró la presentación musical. Los niveles máximos registrados fueron de 113 dB. «Yo salí con una perdida temporal del umbral de audición, lo que técnicamente se denomina desplazamiento temporal del umbral de audición (TTS). Cuando este TTS se repite frecuentemente se produce la pérdida auditiva. Si alguien no sintió nada anormal en su audición al salir del recinto, lo más probable es que ya tenga una capacidad auditiva inferior a la mía», concluyó.
Educación y Contaminación Acústica
La formación de los futuros Ingenieros Acústicos se relaciona directamente tanto con la comprensión de las consecuencias del ruido como agente que afecta la audición humana, así como factor de contaminación ambiental.
Es en el contexto de esta segunda dimensión, particularmente en el ámbito de la contaminación acústica y la formación de futuros profesionales del área, donde el Prof. José Luis Barros, responsable de la cátedra de Control de Ruido I y II para alumnos de Ingeniería Acústica de la UACh opina.
Es así como el docente explica la orientación de este tipo de asignaturas «el propósito es entregar al futuro especialista los conocimientos necesarios para desarrollar proyectos de control de ruido, evaluando de manera correcta la contaminación acústica y proponiendo técnicas de control adecuadas».
Respecto del rol del ingeniero acústico, el Prof. Barros subraya la importancia de la participación de este profesional en el diseño y desarrollo de alternativas de solución a
los problemas de contaminación acústica y dentro de grupos multidisciplinarios de trabajo cuyo objetivo sea reducir los problemas de contaminación acústica de manera eficiente.