La recientemente rechazada propuesta de constitución reconocía la necesidad de abordar los determinantes sociales de la salud como factores esenciales para proveer de buena salud a la población. Para algunos, esto podría sonar solo como una declaración de principios sin que tenga real efecto en la salud cotidiana de las personas. Sin embrago, la inclusión de los determinantes social en la constitución es extremedamente relevante. Esto viene a desafiar el modelo biomédico que ha preponderado en nuestra sociedad durante las últimas décadas, el cuál enfatiza el efecto del estilo de vida conductual en la salud, culpabilizando al paciente de que son sus decisiones las que determinan su estado de salud.
La OMS y múltiples organizaciones nacionales e internacionales han reconocido que son las condiciones en que las personas nacen, crecen, viven y envejecen los determinantes más importantes del estado de salud de las personas. Este enfoque reconoce que debemos pasar del estudio de los factores de riesgo individual a los modelos sociales y las estructuras que determinan las posibilidades de una persona de ser saludable.
La salud oral históricamente se ha centrado predominantemente en las perspectivas clínicas y conductuales, que a menudo implican un enfoque paternalista de “conocimiento para cambiar”. Pero el comportamiento del paciente no solo está asociado con la propia voluntad sino también con factores externos. La responsabilidad personal juega un papel clave en la salud, pero las decisiones que tomamos dependen de las opciones que tenemos a nuestra disposición. Vale entonces preguntarnos, si el contexto de las personas no cambia ¿cuál es la posibilidad que la personas sea capaz de tomar distintas decisiones? Cuando se trata de salud, demasiadas personas se quedan atrás simplemente por el lugar donde viven, la falta de oportunidades o la forma en que la sociedad los ve.
Como profesionales de la salud en la clínica odontológica de la UACh entendemos la relevancia de entregar una atención de salud integral, considerando los factores socio-culturales-ambientales de nuestros pacientes. Entendemos también, que los profesionales de la salud oral debemos actuar como agentes de cambio integrados en la comunidad. Vemos la clínica como un servicio que nace desde la comunidad, es parte de ella y se nutre de la misma. El incluir el marco de determinantes sociales de la salud en la constitución nos parece una medida correcta, de la cuál como clínica y red de profesionales nos hacemos cargo. Por lo que esperamos que una proxima constitución reconozca el valor de la inclusión de los determinantes sociales de la salud. Tal como dijo Geoffrey Rose- “Los principales determinantes de la enfermedad son principalmente sociales y, por lo tanto, sus remedios también deben ser sociales. La medicina y la política no pueden ni deben mantenerse separadas”.
La recientemente rechazada propuesta de constitución reconocía la necesidad de abordar los determinantes sociales de la salud como factores esenciales para proveer de buena salud a la población. Para algunos, esto podría sonar solo como una declaración de principios sin que tenga real efecto en la salud cotidiana de las personas. Sin embrago, la inclusión de los determinantes social en la constitución es extremedamente relevante. Esto viene a desafiar el modelo biomédico que ha preponderado en nuestra sociedad durante las últimas décadas, el cuál enfatiza el efecto del estilo de vida conductual en la salud, culpabilizando al paciente de que son sus decisiones las que determinan su estado de salud.
La OMS y múltiples organizaciones nacionales e internacionales han reconocido que son las condiciones en que las personas nacen, crecen, viven y envejecen los determinantes más importantes del estado de salud de las personas. Este enfoque reconoce que debemos pasar del estudio de los factores de riesgo individual a los modelos sociales y las estructuras que determinan las posibilidades de una persona de ser saludable.
La salud oral históricamente se ha centrado predominantemente en las perspectivas clínicas y conductuales, que a menudo implican un enfoque paternalista de “conocimiento para cambiar”. Pero el comportamiento del paciente no solo está asociado con la propia voluntad sino también con factores externos. La responsabilidad personal juega un papel clave en la salud, pero las decisiones que tomamos dependen de las opciones que tenemos a nuestra disposición. Vale entonces preguntarnos, si el contexto de las personas no cambia ¿cuál es la posibilidad que la personas sea capaz de tomar distintas decisiones? Cuando se trata de salud, demasiadas personas se quedan atrás simplemente por el lugar donde viven, la falta de oportunidades o la forma en que la sociedad los ve.
Como profesionales de la salud en la clínica odontológica de la UACh entendemos la relevancia de entregar una atención de salud integral, considerando los factores socio-culturales-ambientales de nuestros pacientes. Entendemos también, que los profesionales de la salud oral debemos actuar como agentes de cambio integrados en la comunidad. Vemos la clínica como un servicio que nace desde la comunidad, es parte de ella y se nutre de la misma. El incluir el marco de determinantes sociales de la salud en la constitución nos parece una medida correcta, de la cuál como clínica y red de profesionales nos hacemos cargo. Por lo que esperamos que una proxima constitución reconozca el valor de la inclusión de los determinantes sociales de la salud. Tal como dijo Geoffrey Rose- “Los principales determinantes de la enfermedad son principalmente sociales y, por lo tanto, sus remedios también deben ser sociales. La medicina y la política no pueden ni deben mantenerse separadas”.