Tres son los roles que pueden cumplir las Universidades para contribuir al proceso de implementación de la descentralización, sobre todo poniendo a disposición el conocimiento acumulado en esta materia.
No todos los procesos de transferencia de poder provocan resultados virtuosos a nivel subnacional, también se han evidenciado experiencias negativas que provocan desequilibrios fiscales o empoderan a caudillos regionales, lo cual luego sirve de fundamento al nivel central para re-centralizar el poder político, fiscal o administrativo transferido. Por ello resulta vital conocer experiencias para evitar cometer similares errores, y para potenciar los aspectos positivos de dichos procesos.
Un segundo rol dice relación con proveer estudios que fundamenten la solicitud de competencias que realicen los gobiernos regionales.
A partir del año 2022, uno de los aspectos que contempla la ley de transferencias es que los gobiernos regionales podrán solicitar traspasos de competencias al presidente de la República.
De acuerdo con esta nueva normativa, estas solicitudes deben ser fundadas en estudios que justifiquen su utilidad y den cuenta de las capacidades propias que tienen los gobiernos regionales para ejecutarlas.
Capacitación de capital humano. En reiteradas ocasiones, se escucha especialmente en la elite centralista, que a nivel regional no existe el capital humano calificado para ejecutar las competencias que se requieren para administrar la descentralización.
Ese prejuicio, que no tiene fundamento alguno, dado que en Chile nunca antes hemos vivido procesos de descentralización tan profundos, igualmente debe contrarrestarse con capacitación permanente de parte de las universidades en temas con pertinencia territorial.
Capacitaciones para potenciar la participación de la ciudadanía en la gestión pública, para el ordenamiento territorial, gestión del desarrollo regional, metropolización, descentralización, son temas de los cuales hay que aprender, pero para posteriormente ponerlos en práctica o replicar en cada una de las regiones del país.
Estos roles persigue cumplir la naciente Red de Centros e Institutos de Estudios Regionales y Municipales, ya que creemos firmemente que este es el momento donde las Universidades deben poner a disposición de la ciudadanía y del espacio público, el conocimiento acumulado en esta materia, masificarlo, hacerlo útil a todos los actores territoriales, pero por sobre todo, aspirar a que el conocimiento sea pertinente al territorio es uno de los desafíos que se vienen por delante.