Un total de 11.8 toneladas de residuos peligrosos generados en los campus Isla Teja y Miraflores de esta Universidad, recibieron tratamiento antes de su disposición final, figurando entre los principales químicos de laboratorio, tubos fluorescentes, envases contaminados, solventes, tóxicos orgánicos, ácidos y bases.
Según lo informado por María Ema Hermosilla, Jefa de la Unidad de Gestión Ambiental (UGA), estos desechos permanecen debidamente rotulados y separados en la bodega de almacenamiento transitorio de residuos peligrosos, una de las dependencias de la Unidad de Manejo Integral de Residuos (MIR) ubicada en el Fundo Teja Norte, para ser entregados a Hidronor cada semestre.
Cabe señalar que desde el año 2005 la Universidad Austral de Chile entrega sus residuos peligrosos a Hidronor, empresa que junto con proveer el servicio de transporte los somete a tratamientos en sus plantas de Antofagasta, Santiago y Copiulemu, Región del Bío Bío.
“Es importante que la comunidad universitaria sepa que los residuos peligrosos no son desechados junto con la basura domiciliaria, sino que son separados desde que se originan en los laboratorios y unidades a través de un sistema riguroso de trasporte y almacenamiento temporal que se cierra cuando son entregados en Hidronor Copiulemu”, señaló la Jefa de la UGA.
“Al extender un certificado estamos garantizando al cliente que el residuo fue bien manejado desde que llegó a nuestra planta, hasta ser eliminado”, dijo Pierre Servanti, Gerente Comercial Zona Sur de Hidronor. Una vez que estos residuos llegan a sus plantas, reciben diferentes tratamientos; en ese contexto citó como ejemplo los solventes con los que se produce combustible alternativo para hornos cementeros.
En el caso de los ácidos o bases, se neutralizan en diferentes operaciones que convierten el residuo en un efluente, que al cumplir con la norma se evacúa. Mientras que, todos los hidróxidos que precipitan, van a un depósito de seguridad.
Las pilas también están en la categoría de residuos peligrosos. En este caso la UACh promueve en su comunidad universitaria el evitar usar pilas desechables, privilegiando las recargables, práctica que busca reducir impactos en el medio ambiente. Para aquellas pilas que no son recargables, la Unidad de Gestión Ambiental provee contenedores, fomentando su uso para evitar el daño que ocasionan en la tierra, cuando se desechan en la basura domiciliaria.
Una vez al año se entrega el cargamento de pilas a la Municipalidad de Valdivia que acopia las pilas de diversas organizaciones e instituciones de la comunidad, para posteriormente derivarlas a Hidronor. Allí son encapsuladas, mezcladas con cemento y algunos aditivos químicos para evitar que lixivien compuestos tóxicos antes de su disposición final.
“Valdivia fue el primer municipio que se hizo cargo del tema ambiental”, dijo Servanti, recordando a Germán Krause, Jefe del Departamento Ambiental de aquella época, como el principal impulsor, junto con afirmar que la Universidad Austral de Chile, fue la primera en hacerse cargo de sus residuos de manera seria y sistemática, entre las instituciones de educación superior.