El interés en la arquitectura surgió de la mano con sus habilidades con el arte del dibujo y los cálculos matemáticos. Esto lo desarrolló en la enseñanza media, descubriendo una enriquecedora relación entre el arte y los números, fue así que estudiar arquitectura le permitió proyectar sus intereses y, además, trabajar por hacer cambios sociales desde su profesión. “Cuando entré a la carrera de Arquitectura vi que existían temas muy importantes y fundamentales por abordar, como una mejor calidad de vida que se puede entregar a las personas de sectores más vulnerables cuando uno diseña. La escuela me ha entregado el sello social de cómo trabajar con comunidades en las cuales la arquitectura tiene un rol fundamental en fortalecer sus condiciones”.
Actualmente, Antonio Zumelzu, Doctor en Planificación Sostenible de la Universidad Tecnológica de Eindhoven, Holanda (2015), y Arquitecto por la Universidad Austral de Chile (2008). Es académico del Instituto de Arquitectura y Urbanismo en la Facultad de Arquitectura y Artes de la UACh y del Magíster en Diseño de Entornos Sostenibles (MADE) de la misma universidad.
Recientemente, el académico finalizó su proyecto FONDECYT (11160096) “Sostenibilidad y Modularidad urbana: aplicación de una metodología para la medición y evaluación de los niveles de sostenibilidad de áreas urbanas en ciudades intermedias”. “Este proyecto ha sido algo muy gratificante porque trabajamos un tema central, que es la sustentabilidad urbana, pero lo abordamos desde los barrios y lo trabajamos desde el sur de Chile”.
Pero ¿por qué enfocarse en el sur del país?
“Las ciudades del sur de Chile son ciudades que están a nivel central un poco descuidadas. Requieren recursos. No hay mucha evidencia de información. Son ciudades que necesitan estudio, requieren generar diagnósticos y se necesitan propuestas para mejorarlas”.
¿Cuál es el principal resultado de su investigación FONDECYT?
“Uno de los productos que se obtuvieron del FONDECYT fue el Observatorio de Sostenibilidad y Estudios Urbanos del Sur Austral (OBSUR), plataforma que apunta a generar y difundir conocimiento sobre el territorio del sur de Chile en temas de sustentabilidad. Uno de los elementos más importantes del Observatorio es generar opinión pública sobre temas que ocurren en el territorio, como el desarrollo sustentable, la equidad social, la desigualdad territorial y cómo se puede generar la formación pública como ciudadano. Nosotros compartimos información gratuita de mapas e informes sobre estas problemáticas”.
“Además, generamos indicadores normativos con el fin de apoyar las decisiones de control y regulación normativa, especialmente para la formulación de planes reguladores comunales y programas de mejoramiento de barrios. Lo interesante de los indicadores normativos es que se utilizan para establecer las brechas entre un estado actual de un lugar y estado deseado, por ello se formulan en relación con objetivos o metas que permiten evaluar el progreso hacia dichos objetivos. Su utilidad va desde el monitoreo y evaluación hasta el re-diseño de barrios hacia un camino más sostenible”.
¿Cuál es el análisis respecto a las ciudades del país?
“Creo que todas las ciudades en Chile han seguido un modelo de desarrollo y crecimiento insostenible, en la cual la planificación urbana y la regulación normativa del uso del suelo han estado completamente ausentes. Básicamente, se ha apuntado a la aplicación de principios económicos de libre mercado en las labores control y planificación urbana, en la cual el desarrollo a escala humana se ha visto tremendamente afectado. Eso ha generado diversos problemas espaciales que han derivado en problemas sociales ya evidenciados hace muchos años y que detonaron parte del estallido social del pasado 18 de octubre, como la inequidad social, la desigualdad en el acceso a los bienes y recursos, y el deterioro constante de las áreas centrales de la ciudad por proyectos inmobiliarios masivos que han afectado los modos de vida de las personas».
¿Qué opciones tienen las ciudades como Valdivia, Osorno o Temuco?
“Estas ciudades se conocen como intermedias mayores. Son localidades que tienen aún posibilidades de canalizar su desarrollo hacia un ámbito más sostenible, ya que, a diferencia de las metropolitanas, aún presentan una escala humana. Esto es una tremenda oportunidad para no repetir los errores de metrópolis como Santiago, Concepción o Valparaíso, ya que el tamaño y dimensión urbana a esta escala permite una planificación mucho más eficiente que en una gran ciudad. Por otra parte, poseen recursos al alcance caminable como las áreas verdes, los bordes fluviales y diversos recursos. Es por esta razón que nos hemos enfocado en el sur del país, ya que estas ciudades poseen un tremendo potencial, requieren de estudio y el gobierno no lo ha abordado como a otras ciudades”.
¿Cuál es su visión respecto a la planificación urbana de Valdivia?
“Lamentablemente, la planificación urbana ha estado completamente ausente, y eso ha generado muchos problemas urbanos en nuestra ciudad. Creo que hay intenciones, pero ha demostrado no tener planificación por diversos motivos. El primero por la forma especulativa de cómo se define el uso del suelo, y eso ocurre básicamente porque no tenemos un plan regulador serio y bien construido. Por otra parte, no tenemos instrumentos de visión de ciudad, solo tenemos a nivel comunal, que no es lo mismo. Existe importante evidencia que apoya la necesidad de crear nuevos instrumentos no solo de planificación, sino que también que apoyen el control y regulación de los usos de suelo, en la cual los municipios tienen que ser protagonistas”.
¿Cuál sería un objetivo de la planificación actual?
“Uno de los objetivos que busca actualmente la planificación urbana es el desarrollar nuevos instrumentos no solo a nivel comunal, sino que también a nivel de ciudad. los Planes de Desarrollo Comunal (PLADECO) son demasiado amplios, y dejan de lado otras escalas como la de la ciudad o el barrio, siendo esta última el eslabón fundamental entre las personas y la ciudad. En Chile, lamentablemente el barrio como concepto de planificación no existe, y eso ha generado una forma de hacer ciudad que promueve el individualismo, los altos desplazamientos y el consumo. Es importante comprender en la planificación que la ciudad tiene barrios, ya que como unidad territorial tienen la fortaleza de reconocer al individuo, la vida colectiva y peatonal y los sistemas naturales como principios fundamentales para el desarrollo urbano. La clave para el desarrollo sostenible está en los barrios y en reconocer los sistemas ambientales como partes importantes en la ciudad».
¿En qué podemos avanzar al respecto?
“Es importante avanzar en el desarrollo de nuevos instrumentos de apoyo a la regulación normativa del uso del suelo. Eso es fundamental, más allá de un plan regulador comunal. Se necesitan nuevos instrumentos de apoyo a escalas menores como la del barrio, la manzana o el espacio público, que muestren mayor precisión en las labores de control normativo y permisos de edificación. Por ejemplo, los códigos basados en forma, que permitirían fortalecer las relaciones entre el entorno físico y la esfera pública de los barrios a nivel regulatorio. Instrumentos de este tipo facilitarían el desarrollo de formas y escalas apropiadas de desarrollo sin comprometer factores espaciales que son fundamentales para promover la riqueza de la vida social y actividad colectiva de los espacios públicos del sur de Chile. Creo que en este período necesitamos hacernos más preguntas que respuestas concretas para poder avanzar hacia una mejor planificación de nuestras ciudades».
Finalmente, el Dr. Zumelzu expresó que hoy día estamos en una crisis sobre la identidad de la ciudad de Valdivia, que surge posterior al terremoto de 1960 y hasta el día de hoy no se ha podido redefinir. Para ello, considera importante volver a redefinir la relación con el río de Valdivia. “Existe una intención de parte de las autoridades y gobierno local de darle un carácter cultural a la ciudad, lo cual me parece bien. Pero más allá de eso, siento que sería importante redefinir primero cual es el rol del río dentro de la ciudad, ya que siento que ese tema es fundamental. El río ha sido históricamente en Valdivia un elemento que marcó su identidad, la cual inició con un carácter fuertemente ligado al período industrial y económico. Entonces, ver actualmente que el crecimiento de la ciudad se genera cada vez más lejos del río es una forma de inequidad social que, reflejada en la expansión territorial, pone mayor incertidumbre sobre como redefinir la identidad de la ciudad. Esta es una pregunta que debemos hacernos, de cómo percibimos el río en la ciudad y cómo este puede convertirse en el eje del desarrollo urbano de Valdivia”.