El Dr. Gerardo Acosta, académico del Instituto de Medicina Preventiva Veterinaria de la Universidad Austral de Chile (UACh), en conjunto con profesionales de la Universidad del Desarrollo y de la Pontificia Universidad Católica de Chile, realizaron un estudio que propone que los ácaros trombiculides (chigger) asociados a roedores silvestres son vectores y reservorio del “tifus de los matorrales”.
Este descubrimiento es producto de datos recogidos de un estudio en terreno realizado en Chiloé, en el contexto del proyecto FONDECYT de los investigadores Katia Abarca y Constanza Martínez (PUC), Gerardo Acosta (UACh) y Thomas Weitzel (UDD), en cooperación con centros en Estados Unidos, el cual fue aceptado y publicado en PLoS Neglected Tropical Diseases (https://journals.plos.org/plosntds/article?id=10.1371/journal.pntd.0007619).
El estudio representa la primera publicación que describe el probable vector de tifus de los matorrales en Sudamérica.
Detalles de la investigación
“Hasta comienzos de 2006, la enfermedad fue conocida sólo en la región del Asia-Pacífico, pero en los últimos años también hubo casos en Chile, específicamente en la isla de Chiloé. Hasta ahora, el modo de transmisión de la infección en Chile era desconocido. Logramos identificar por primera vez ácaros en una zona endémica del tifus de los matorrales en Chile”, sostuvo el doctor Weitzel.
Según explicó el doctor Acosta, se encontraron ácaros en varias especies de roedores, pero de un género distinto a los que conocemos de Asia. “Creemos que es una especie nueva, que actualmente estamos identificando en profundidad”, señaló.
El estudio exploró también si los ácaros tenían las bacterias que causan la enfermedad. “Con estudios moleculares logramos detectar ADN de Orientia -patógeno responsable para la enfermedad-, en un porcentaje relevante de ácaros. Es una etapa importante en nuestra búsqueda del vector del tifus de los matorrales en Chile”, aseguró Katia Abarca.
El tifus de los matorrales es una infección potencialmente grave que requiere un tratamiento antibiótico. Entre los síntomas del tifus de matorrales se encuentran fiebre alta, cefalea, exantema y una mancha negra en el sitio de inoculación, entre otros. Desde 2015, en Chile se han detectado más de 40 casos, mayoritariamente en los meses de verano.
Metodología y resultados principales
Durante el verano austral 2018 se atraparon roedores en seis áreas rurales de Chiloé -donde personas adquirieron el tifus de matorral- y se examinaron por infestación de ácaros. En total se capturaron 244 roedores. En todas las especies capturadas se detectaron ácaros, con una tasa de prevalencia del 55%. Herpetacarus fue el género más abundante (93%). Entre las 133 muestras conjuntas de Herpetacarus, 16% fueron infectados con Orientia.