Indagar en la capacidad de enfermarnos que posee una de las bacterias que nos causa la gastroenteritis fue el objetivo de la investigación que llevó a cabo José Luis González, estudiantes del Magíster en Ciencias mención Microbiología de la Universidad Austral de Chile, titulada «Análisis genómico de determinantes putativos de virulencia en cepas de Arcobacter butzleri”. Este último es un patógeno zoonótico emergente descrito en 1991.
Según González, se trata de una de las bacterias emergentes con mayor presencia en las muestras de pacientes con gastroenteritis en varios países. A pesar de esto, los factores de virulencia que favorecen a los patógenos en la invasión y la resistencia a las defensas en su huésped son todavía poco conocidos.
Parte de los avances en el estudio de este patógeno fueron concretados en 2007 cuando se publicó el primer genoma completo de A. butzleri, dando a conocer que entre los elementos que propician su patogenicidad se encuentran genes asociados al proceso de infección que influyen en la adherencia, invasión y toxicidad de las células intestinales del hospedero.
En este contexto, el trabajo presentado por el estudiante de microbiología continúa ampliando el conocimiento en este tema, profundizando en la prevalencia y caracterización de los factores de virulencia.
Para realizar este estudio se analizó un conjunto de cepas de origen clínico (muestras fecales de pacientes con gastroenteritis y tejidos de abortos bovinos) y ambiental (muestras de alimento de origen animal y contaminación fecal de aves silvestres) a través de dos metodologías moleculares: detección mediante PCR y análisis bioinformático de los genomas bacterianos.
“Nuestros resultados demostraron que todas las cepas analizadas presentan entre seis a 10 genes de virulencia, lo que demuestra que el patógeno bacteriano A. butzleri posee un arsenal muy variado para desarrollar la infección en el humano. Por otra parte, se determinó que la virulencia de las cepas no presenta una asociación con su origen, lo cual tendría implicancia en la comprensión de su epidemiología, es decir, los elementos que la configuran, tales como el hospedero y vías de transmisión, entre otros», explicó el investigador.
Asimismo, agregó que el análisis bioinformático de los genomas fue más efectivo que el PCR en la detección de los factores de virulencia, y, además, les entregó mucha información adicional de utilidad para otros estudios.
Por su parte, el Dr. Luis Collado, académico y Director del Magíster en Ciencias mención Microbiología, indicó que este programa entrega todos los conocimientos teóricos y prácticos para que las y los estudiantes puedan realizar análisis bioinformático de genomas bacterianos.
“De hecho, en nuestro plan de estudios están disponibles dos asignaturas electivas específicas que son Biotecnología y Bioinformática Aplicada en Microbiología y Sistemática de Procariontes. Además de instancias de capacitación esporádicas a cargo de expertos nacionales e internacionales, como el Curso de bioinformática para el manejo de datos biológicos, realizado por el profesor José Molina, de la Facultad de Microbiología de la U. de Costa Rica», precisó.
Finalmente, José Luis González indicó que estos resultados corresponden a la primera parte de su trabajo de tesis, investigación de la cual también forman parte la Dra. Sofía Ochoa (codirectora) y el Dr. Luis Collado (Director).