Las áreas marinas protegidas en Chile se han propuesto como una herramienta relevante para la conservación de la biodiversidad y fomentar los servicios ecosistémicos, así como también para promover la adaptación y mitigación al cambio climático.
Por lo tanto, la identificación de patrones y la comprensión de los procesos asociados a estas áreas (escala espacial local) puede ser un punto de partida para identificar patrones de biodiversidad, procesos asociados e identificar interacciones biológicas en escala regional, como el sistema de fiordos y canales patagónicos (SFCP).
El Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos (AMCP-MU) Pitipalena-Añihue es un área de 239 km2, caracterizada por los aportes de ríos y aguas lluvias que influencian la heterogeneidad de los hábitats terrestres y acuáticos contenidos en ella.
Aunque la AMCP está alejada de grandes centros urbanos, está emplazada y asociada a la localidad de Raúl Marín Balmaceda, en cuyo entorno se desarrollan actividades de acuicultura, pesca artesanal, turismo y navegación.
En este contexto, el Ministerio del Medio Ambiente de Chile junto a la coordinación local de la SEREMI del Medio Ambiente de Aysén financiaron una investigación de tres años (2019-2021) que permitió caracterizar especies/taxa de varias sub-comunidades en el AMCP-MU Pitipalena Añihué.
Una síntesis de este trabajo, titulado “Exploración de patrones de biodiversidad en un área marina costera protegida: Implicancias para el manejo dentro y fuera AMCPs”, se puede leer en una reciente publicación de la revista científica Estuarine Coastal and Shelf Science (https://doi.org/10.1016/j.ecss.2023.108540).
La investigación indica que el análisis se concentró en cuatro subcomunidades (macroinfauna bentónica, megabentos, aves y mamíferos), usando modelos multidimensionales e índices, diferenciando entre el ambiente marino y estuariano, identificado en el plan de manejo del AMCP-MU Pitipalena-Añihué.
Los principales resultados mostraron un pool de 276 taxa de las sub-comunidades descritas, con varias aves y mamíferos, coincidente con hallazgos previos. La observación de reproducción confirmada de varias aves y mamíferos sugiere hábitats refugiados en esta AMCP que deben ser mejor caracterizados.
Los patrones de biodiversidad observados se pueden explicar por la heterogeneidad ambiental, así como efectos antrópicos (tales como la pesca, especies exóticas, acuicultura).
Como síntesis del trabajo se presenta un esquema conceptual de distribución espacial de las principales taxa y una matriz de interacciones hipotéticas. Esta última, en primer lugar, deja en claro la falta de información para aproximarnos a entender el funcionamiento de estos sistemas y la necesidad de fortalecer los programas de monitoreo en las AMCP.
En un segundo lugar, ofrece varias oportunidades relevantes para evaluar la sensibilidad de este tipo de ecosistema y también para escalar hipótesis sobre impactos actuales y futuros en este y en otros ecosistemas similares, incluso aquellos que ya están sometidos a fuerte impacto antrópico.
Y tercero, aunque las estimaciones de interacción entre consumidores y presas contienen un alto grado de generalización, debido a la falta de conocimiento, ésta permite identificar brechas relevantes de información, mientras que se espera que el nuevo conocimiento le confiera dinamismo en su actualización.
Además, considerando el principio precautorio y la información disponible, este tipo de análisis puede ser muy relevante cuando se intenta analizar el potencial impacto de una especie introducida; para visualizar qué taxa son comparativamente más relevantes como soporte de grupos de taxa consumidores; para desarrollar hipótesis específicas sobre interacciones tróficas y potenciales efectos en cascada de cambios tales como la acidificación del océano y/o el calentamiento de los océanos.
En la matriz se le asignó un número a cada especie o grupo de taxas y su nivel trófico correspondiente: Carnívoro- piscívoro, ejemplo los lobos marinos, carroñero como algunas jaibas o centollas, herbívoro como caracoles marinos, planctivoro como los cetáceos, detritívoros como los decápodos, filtradores como las esponjas, entre otros.
La línea en tono de grises indica la disponibilidad de información (artículos relativos a los taxa y especies), desde muy escasa a adecuada.
El equipo de trabajo estuvo conformado por Carlos Molinet, Manuel Díaz, Jorge Henríquez, Thamara Matamala, Katherine Espinoza, Cesar Salgado y Jaime Valencia (RMB), del Programa de Investigación Pesquera de la Sede Puerto Montt de la Universidad Austral de Chile; Doris Soto, del Centro FONDAP INCAR de la U. de Concepción; Rodrigo Parra, Alejandra González, Nathalie Brito y Patricio Merino, de la Fundación Área Marina Costera Protegida Pitipalena-Añihue; Alejandra Lafón, del Instituto de Fomento Pesquero; Jacqueline Boldt, de la Fundación Aysén Mira al Mar; y Victor Raimilla, de la Fundación La Tapera