El zorro culpeo y no el puma sería el principal depredador de ganado ovino en la región de Aysén. Así lo revela un estudio realizado para el Servicio Agrícola y Ganadero regional, cuyo investigador principal fue el zoólogo Agustín Iriarte.
El trabajo se prolongó entre 2008 y 2011 e incluyó el uso de trampas-cámara para identificar a los animales, encuestas a los ganaderos afectados y censos nocturnos.
Todas las observaciones revelaron que en las áreas afectadas existe una mayor presencia de zorros que de pumas. Tan solo con las trampas-cámara detectaron 237 ejemplares del cánido frente a apenas 13 del felino. En cuanto al testimonio de los ganaderos, solo 6% consideró como amenaza al puma, frente al 84% que sindicó como su mayor dolor de cabeza al zorro culpeo o colorado.
«Algo pasa en Aysén que no tenemos idea por qué es el principal agente nocivo. La cantidad de zorros es enorme, y el daño es grande», dice Iriarte. Según el estudio, puede llegar hasta 1,5 zorros por kilómetro cuadrado, lo que se considera alto.
Los ganaderos reclaman un mayor control de la especie. Desde el año 2003 que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) ha autorizado la captura selectiva de ejemplares conflictivos, los que suman hasta ahora 46 (es decir, menos de cinco por año). Pero esta información técnica, revelada la semana pasada por grupos animalistas, desató pasiones en las redes sociales.
Rafael Asenjo, Jefe (S) del Sub departamento de Vida Silvestre de la División Protección de los Recursos Naturales Renovables del servicio, dice que estas autorizaciones han sido excepcionales. «Se limitan a un período acotado de tiempo y área geográfica restringida, y están dirigidas específicamente al individuo ‘cebado’ de la fauna silvestre que genera el daño». Enfatiza que se materializa previa declaración jurada de daño y verificación de este por parte del SAG.
Posibilidad de manejo
Según la clasificación realizada por el Ministerio de Medio Ambiente (MMA) en 2011, el zorro culpeo pasó a nivel nacional de la categoría «inadecuadamente conocida» a «preocupación menor».
Eso significa que el animal no enfrenta mayor amenaza. «Las poblaciones de estos zorros hoy en día tienen un tamaño que podrían ser claramente sometidas a manejo (captura controlada)», opina el zoólogo de la U. Austral Gerardo Acosta.
Hoy, a nivel mundial, existen dos posiciones frente al tema: la de los animalistas que dicen que no se cace nada, y la visión que maneja vida silvestre, que dice que si la población presenta una buena tasa reproductiva y se caza una cantidad limitada, su tamaño no se va a ver afectado».
Eduardo Silva, veterinario especialista en fauna silvestre de la Universidad Andrés Bello, no rechaza la opción potencial del manejo, pero le inquieta que se pudiera dar sin tener antes una información de cuánta población hay detrás y exista un monitoreo en el tiempo. «Hay un límite muy sutil entre el manejo y la persecución, y con eso hay que tener cuidado».
Charif Tala, veterinario y especialista en fauna silvestre del MMA, explica que la nueva categoría no implica que el animal quede sin protección, ya que de acuerdo con la ley de caza también se restringe su captura si la especie es beneficiosa para el ecosistema silvoagropecuario, si tiene poblaciones reducidas y si es un componente importante dentro del ecosistema general.
«Si se mira el reglamento de la ley de caza, cualquiera de los carnívoros es una especie importante en el ecosistema, porque están en el tope en la cadena alimenticia y son reguladores de poblaciones», dice. En el caso de los zorros, por ejemplo son controladores de especies que podrían transformarse en plaga como roedores y conejos. Y además son dispersores de semillas de frutos.
El comité de clasificacion del Ministerio de Medio Ambiente excluyó de la categoría «preocupación menor» a la subespecie Pseudalopex culpaeus lycoides , el zorro culpeo de Tierra del Fuego. Se le mantuvo como vulnerable porque su hábitat está amenazado por la introducción del zorro chilla.
El zoólogo Agustín Iriarte dice que en el estudio que hicieron para el SAG, y en otras investigaciones sobre el tema para otras regiones, también han propuesto alternativas de control que no implican la captura del animal. Entre ellas el empleo de perros guardianes, encierros nocturnos del ganado a prueba de predadores y presencia permanente de cuidadores humanos durante las veranadas (cuando se deja a los animales pastando solos).
Información de Richard García.
Periodista El Mercurio
Publicación: 17 de junio de 2013