«· Monteverde es considerado un sitio único en el mundo que sorprende por la manera con que se conservaron vestigios de más de 12.500 años de antigüedad en un ambiente húmedo y frío, además de ser el único sitio arqueológico en el mundo de esta antigüedad que muestra tecnología en madera y los primeros vestigios de arquitectura.
· En octubre último, el sitio fue incorporado a la lista tentativa de Bienes Culturales de Chile para ser postulados como Sitio del Patrimonio Mundial.
Detalles sobre la evidencia encontrada en el sitio de Monteverde -distante unos 35 kilómetros al suroeste de la ciudad de Puerto Montt (Xª Región de Los Lagos)-, cuna de una investigación arqueológica que da cuenta de la identidad cultural más temprana de América, fue uno de los aspectos abordados por uno de los protagonistas de esa investigación arqueológica, el Dr. Mario Pino, geoarqueólogo y académico del Instituto de Geociencias (Facultad de Ciencias) de la Universidad Austral de Chile, quien participó de las excavaciones realizadas hace casi dos décadas atrás y lideradas por el arqueólogo norteamericano, Dr. Tom Dillehay (Doctor Honoris Causa UACh, 1998).
Titulada simplemente «»Monteverde»», la charla se llevó a efecto en la tarde de ayer (miércoles 03 de diciembre), y a través de esta actividad, el académico mantuvo el interés de una masiva asistencia, principalmente conformada por estudiantes de esta casa de estudios, quienes concurrieron hasta el auditórium Nº3 del edificio Nahmías para conocer, de primera fuente, detalles sobre este sorprendente descubrimiento registrado hacia fines de la década del setenta y que hasta nuestros días concita el interés de científicos y neófitos.
Los estudios han revolucionado el conocimiento vinculado al origen de la presencia del hombre en el continente americano, y tras su aceptación por la comunidad científica internacional, en 1997, la investigación ha sido ampliamente difundida en diversos medios especializados como la prestigiosa revista Science.
Durante la ponencia, el Dr. Pino informó además que este año se creó la Fundación Monteverde, presidida por el Rector de la Universidad Austral de Chile e integrada por representantes de diversos sectores sociales. En su plan de trabajo se contemplan gestiones para la construcción de un Museo en el cual se puedan exhibir réplicas de los objetos encontrados, así como el levantamiento de una recreación del paisaje boscoso de la época que pueda ser recorrido por los visitantes. Adicionalmente, Fundación Andes entregó un Grant que permitió la construcción de una bóveda de seguridad en la que se resguarda la colección de Monteverde.
«»Este es un proyecto de impacto mundial que fue pensado en la UACh, en este campus, aquí fue diseñado, ordenado, desde aquí se consiguieron los fondos y se escribieron los papers. Eso demuestra que tenemos la posibilidad de hacer desde aquí ciencia chilena de calidad internacional»», precisó el académico.
Entre los hallazgos que hasta el día de hoy se conservan en bóvedas especiales figuran artefactos líticos claramente intervenidos por la mano del Hombre (una especie de machacador o hacha, puntas de proyectil, pequeñas boleadoras con un surco en el nivel central), restos de la megafauna existente en aquella época (defensivos de mastodonte, huesos de paleollama; fragmento de carne de mastodonte encontrada en una punta de lanza y estudiada microscópicamente); restos de vegetales, estacas enterradas con sofisticados nudos hechos con fibra de junco; bolos de hoja de boldo masticados, y trozos de madera (luma) claramente trabajadas para uso práctico (lanzas, trozos de madera con indicios de ensamble, entre otros). Este último hallazgo -explica el especialista- permite sostener que la tradición de madera en el sur de Chile tiene su origen en Monteverde. En el sitio incluso se distingue un lugar especial que sugiere la existencia de un «»chamán»» o «»chamana»» entendido(a) en el uso de diferentes hierbas para fines alimenticios y medicinales.
Durante el encuentro el Dr. Pino dio cuenta de la fuerte resistencia existente en la comunidad científica en orden a detectar un sitio más antiguo al de Clovis (Nuevo México) que hasta la fecha era considerado el más antiguo de América (11.500 años a. p.). Ello -explicó- dio origen a una serie de rumores que desconocía la validez científica del hallazgo presentado por primera vez en 1979 en un congreso de arqueología en Valdivia. El sitio fue finalmente reconocido por la comunidad científica el año 1997, luego que -en un hecho poco común en ciencia- un grupo de especialistas provenientes de Norteamérica viajaron hasta Valdivia para conocer la colección de objetos encontrados y luego a Puerto Montt para conocer el sitio (el cual fue descubierto para la ocasión), evidencia que respaldó la posterior declaración como sitio arqueológico que hasta la fecha da cuenta del poblamiento americano más antiguo.
Además reiteró que en una excavación profunda se encontraron artefactos de piedra con claras señas de haber sido intervenido por la mano del Hombre y asociados a un fogón. Lo sorprendente del hallazgo fue que los dos fechados radiocarbónicos arrojaron una edad de 33 mil años a.p. . Aunque el sitio no ha sido excavado se espera hacer una prospección arqueológica en el futuro
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